José Manuel Ruiz Marcos viajó, recientemente, desde Alemania a su querida Asturias. Pasó por la posada de Ruiloba. Nos trajo un valioso material informático para mejorar esas versiones digitales en que estamos embarcados varios de nosotros (atención a la versión de coro del Cantantibus, esos compases del Oh beata Ceclia de los que nos sentimos especialmente orgullosos). Cumplía años y compartimos desayuno (dulce-salado) y animada tertulia.
Hoy, para animarle y desearle toda la suerte del universo en los próximos días (interención quirúrgica no grave), Ramón Cubillas y yo le dedicamos una pieza musical cargada de sentido ("in senectam et senium Deus ne derelinquas me"):
...para los amigos amantes de las buenas voces. Pienso especialmente en Josema y el "Do de cerdo" que recuerda en la entrada del blog "El armonio chiquito de Prieto" y en Alonso, el narrador autodiegético de Amar en Comillas, cuyo "DO de escasísimas vibraciones retumbaba tomando la sala entera como caja de resonancia" R. Cubillas. (+)
"Not rejet in mi old age" >>
domingo, 24 de octubre de 2010
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