Hace unos días me señaló Ramón Cubillas (no se le escapa ni un detalle) que entre la página de Auditorium faltaba una de las grabaciones que hizo la Schola en 1961: La Pasión según S. Juan La Pasión según S. Mateo de Tomás. L. de Victoria.
Efectivamente teníamos digitalizado ese LP. El hecho es que como estaba grabada cada una de las caras en una sola unidad, el archivo de audio era demasiado grande y había que dividirlo en 2 o más partes.
Tampoco teníamos la imágen de la portada del disco que acaba de enviarnos Ramón.
Superadas las dos dificultades ya tenemos disponible esa grabación histórica
Ir a la página Auditorium >>
Aunque están divididos en dos partes, los archivos son bastante pesados y el tiempo de descarga será un poco mayor que el habitual.
Ah! no os perdáis la exégesis de Ramón cubillas en los "comentarios". Claro, ha tenido la gentileza de no señalar mi "culpa" por no haber puesto la imagen de la contraportada de la carpeta del disco que también me había enviado. Pincha en "comentarios" y verás...
jueves, 21 de octubre de 2010
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Passio secumdum Matthaeum de T. L. de Victoria
ResponderEliminarDos cuestiones: los solistas y el enigma.
En cuanto a los solistas, decir que sus nombres, sobre todo el del que hace de “Cronista”, debieran figurar en letras mayúsculas, en negrita subrayada y con algún perifollo más que los destacara y honrara, celebrando su proeza. Mantener el tono a lo largo de todo el recitado es una hazaña (“quien lo probó lo sabe”). Sería interesante que alguno de los que participó en esa grabación nos proporcionara sus nombres (si es que no figuran en el disco). Seguramente, durante la grabación, tuvieron que hacer cortes, con lo que la hazaña tal vez no fue tan gloriosa como interpretarlo en vivo y en directo manteniendo el tono. Pero llama la atención que el “Cronista” no tiene tendencia a bajarse. No parece haber fatiga en la voz. Los tres, “Cronista” “Jesús” y “Sinagoga” están magníficos.
El enigma, (para que nos lo descifre Ramón). En el disco faltan las cuatro primeras intervenciones polifónicas del coro, según la partitura que compuso Victoria:
1 - “Non in die festo”
2 – “Ut quid perditio haec?”
3 – “Ubi vis paremus tibi comedere pascha?”
4 – “Numquid ego sum , Domine?”
Pero es que la Pasión, tal como está en el disco, comienza en Mt. 26 -36, cuando según la partitura de Victoria debería comenzar en Mt. en el 26 -1
No me cabe duda de que, en nuestro tiempo, interpretamos todos esos números. Esto parece indicar que allá por los años 50 el canto de la Pasión comenzaba en Mt. 26 –1 Pero, consultando el Liber Usualis de aquellos tiempos, me sorprende que el texto de la Pasión comience, como en el disco, en Mt. 26 –36. No acabo de explicármelo, salvo que nos saltáramos el ritual a la torera y comenzáramos en el versic. 1 de ese cap.26, por ajustarnos a la partitura de Victoria. ¿Es correcta esta conclusión? Quede la solución del enigma para “horas de estudio y de pedagogía / para el rebelde espíritu piadosas” (según Gerardo Diego).
Ramón, gracias por tus indicaciones, tratando de allanarme el camino a la publicación del comentario, pero seleccionando el perfil "Nombre/URL", no me deja escribir el nombre, y seleccinando "cuenta de Google", me he metido en un berenjenal que ni te cuento. Así que opto de nuevo por el anónimo/firmado. Rafael Manero.
Yo participé en esa grabación, como tiple, Rafael. Y creo recordar que la voz de bajo la interpretaba Robles, excelente voz y de Mataporquera para más señas.
ResponderEliminarRespecto al mérito de mantener el tono, lo tienen, sin duda. Pero te aseguro que hicimos decenas, tal vez más de 100, paradas. Y para los tiples, alumnos de ínfima de latín, que no entendíamos ni el texto ni apenas el sentido de la liturgia, fue durísimo. Aquellas "pasiones" de Victoria nos parecían sumamente áridas. Mantener en vilo aquel libro negro con el rótulo estampado en oro, de más de 100 páginas de buen gramaje, durante horas me lo hizo coger una ligera aversión.
Una nueva pista. Podría ser Juan José López Combarros (hermano de Laureano) el que hizo la voz de tenor?
ResponderEliminarAcabo de llamarle por teléfono para preguntárselo pero no lo cogen.... Seguiré insistiendo.
Allá va, Manero. En la trasera del estuche del disco leo: "Victoria no intentó escribir una Pasión para concierto, sino exclusivamente para el servicio litúrgico. En su famoso "Officium Hebdomadae Sanctae" figuran las de San Mateo y San Juan, escritas para coro de cuatro voces mixtas. La primera comprende 20 breves respuestas musicales, de las que las cuatro primeras han quedado suprimidas en la nueva liturgia".
ResponderEliminarEl "Liber Usualis" que tengo (Imprimatur de 1921) empieza la Pasión en Mateo 26,1. Lo mismo el "Eucologio Litúrgico Musical" del padre Sola (Bilbao, 1916). La razón del cambio hay que ir a buscarla, si no me equivoco, bien al Decreto de la Sagrada Congregación de Ritos de 23 de marzo de 1955, bien a la Carta apostólica de Juan XXIII "Rubricarum instructum" (Motu proprio de 25 de julio de 1960) y al Decreto de la Sagrada Congregación de Ritos de 26 de julio de 1960. Procuraré enterarme. Me inclino por lo último a tenor de las palabras que aparecen en el reverso del estuche de "nueva liturgia", que entró en vigor, como ordena Juan XXIII el 1 de enero de 1961.
No sé si servirá la explicación. Te envío por correo el reverso escaneado.
Pues resulta que mi inclinación por que se tratara de la reforma de Juan XXIII llevaba al error, según parece. Cosas de la rapidez y la vanidad por dar una respuesta pronta.
ResponderEliminarAl menos, ya en 1957 la Pasión se iniciaba en el versículo 36 del capítulo 26 de Mateo. Así lo constato en el "Manual de Semana Santa. Texto litúrgico completo y devocionario" del P. Ramón Gabiña, S. I., editado por El Mensajero del Corazón de Jesús, en Bilbao, en el año citado. Así, pues, debió de ser el causante del cambio el ya mencionado en el comentario anterior Decreto del 23 de marzo de 1955, o el de fecha 16 de noviembre de 1955 "estableciendo normas para la celebración litúrgica de la Semana Santa (AAS 47 [a955], 838-847)" que nombra el padre Gabiña.
¿No vivirías tú ya esos cambios, Manero?¿El "Liber Usualis" que manejas es posterior al 55? Voy dando palos de ciego. Tal vez en algún momento acierte.
La verdad es que estas respuestas por entregas y las vacilaciones que las acompañan dicen poco bueno de mí. Pero vamos con la última, espero.
ResponderEliminarEn 1948 Pío XII nombró una Comisión para la reforma litúrgica de la que formaron parte, entre otros, el cardenal Micara y monseñor Carinci (prefecto y secretario, respectivamente, de la Sagrada Congregación...), el franciscano Antonelli, el benedictino Albareda y el jesuita padre Bea, director del Pontificio Instituto Bíblico y confesor del Papa.
Pues, bien. En la 54.ª reunión que mantuvo la citada Comisión, el día 21 de octubre de 1955, en la residencia del cardenal Cicognani (el "oso polar", "obesísimo nuncio" que había sido según declaraciones de Josema y Alonso, el mismo del "Do de cerdo"), se recibió "con agrado la propuesta de reducción presentada por el Rmo. P. Bea, que haría comenzar la lectura desde Mateo 26,36 y acabar con Mateo 27,61, abreviándola de esta manera 40 versículos" (acta de la sesión). Los trabajos de la Comisión se plasmarían después en el Decreto de la Sagrada Congregación "Maxima redemptoris nostrae mysteria", del 16 de noviembre de 1955, que fue acompañado de una "Instrucción". Todo esto queda recogido en el libro de Nicola Giampietro "El cardenal Ferdinando Antonelli y la reforma litúrgica" (ed. Cristiandad)
¿Cuándo entraron en vigor estos cambios? Pienso que "a partir del 25 de marzo de 1956, II Domingo de Pasión o de Ramos" (Gabiña).
Para satisfacer una curiosidad, suficiente, ¿no?
Querido Ramón:tus escritos me llenan de asombro por la soltura con que te mueves entre las bambalinas de la historia donde yacen legajos y documentos. En materia de investifación eres un "ens inexhauribile per quamcumque mensuram determinatae perfectionis" (perdóneme el Ens a se, del que se "predicaba" tal cosa) Abumando me tienes. Examino cuidadosamente mi Liber Usualis y me encuaentro con que en tiempos remotos lo hice encuadernar y desaparecieron las páginas en las que seguramente constaría su fecha de publicación. Sin duda sería ya posterior a la reforma esa tan encarnizadamente perseguida por los dos, porque ese ejemplar lo compré ya de mayor. Los tiempos en que cantamos la Pasión de Victoria completa serían todavía del Antiguo Testamento. Porque "el Padre Chiquitín" no hubiera permitido tan flagrante violación de las rúbricas.
ResponderEliminarMucho me honras, Manero, con tus palabras, que no merezco. Te las agradezco sinceramente. Y me animas con ellas a seguir en ese juego de los enigmas.
ResponderEliminarYa veo que asististe a las clases del padre Teófanes con notable aprovechamiento, o que, cuando menos, le sacaste buen partido a su "Theologia Naturalis". Es de mucho mérito, tras tantos años, recordar aquellas frases, aunque sean repetidas, que aparecen en el desarrollo de la tesis 18 ("Deus est simpliciter infinitus") del libro de Teodicea. Pero una pequeñísima objeción debo hacerte, si me la permites, por aquello de la "correctio fratrum". Te traicionó un poco la memoria y resbaló el latinajo, que no debió ser "... per quamcumque mensuram determinatae perfectionis", sino "... per quamcumque mesuran determinatam perfectionis", según leo en el libro. Por otra parte, te aseguro que sé mucho menos latín que tú.
Y nada más, sino reiterarte las gracias.
¡Vaya, donde pone "mesuram" debe poner "mensuram", naturalmente!
ResponderEliminarRamón, eres, en efecto, ¡INCONMENSURABLE!
ResponderEliminarRafael.