Más marcha!, decía Ramón en la carta en que me enviaba esta reliquia. Otaño, por San Ignacio, con orquesta, en tempo absolutamente solemne y... ¿en euskera?.
En su honor abrimos una página dedicada a la música y músicos de Comillas. En ella trataremos de recoger las obras de cada autor además de un enlace a la partitura y otros a las interpretaciones que tengamos disponibles: >>
martes, 14 de junio de 2011
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Claro, he oído el Himno con el corazón no en la garganta, como suele decirse para las emociones hondas, sino en los oídos. Aunque, necesariamente, para subir hasta ese sentido, el corazón ha de pasar por la garganta golpeando con fuerza. Y éste es mi caso. Aunque el tempo es bastante más reposado que lo que nosotros oímos y cantamos en Comillas, lo que más me interesaba no era el tempo, ni la orquesta, ni el orfeón sino las entrañas de la armonía. Y ahí Otaño, porque supongo que es de Otaño, se manifiesta con una serena maestría que no busca acordes raros, pero que avanza con una seguridad de maestro en el desarrollo de las “progresiones armónicas”. Perdóneseme el tecnicismo, que no sé explicar en román paladino. Quedémonos con la idea de “naturalidad” grandiosa, admirable, como si no se pudiera hacer de otra forma que como aparece esa maravillosamente fluyente armonía. Un servidor tendría que tomar muchos apuntes, para lograr eso tan difícil: la naturalidad. Rafael Manero
ResponderEliminar15 de junio de 2011 00:48
Rafael, al leer tu comentario me doy cuenta de que el título de esta entrada resultaba un poco irreverente (sobre todo por el riesgo de confusión con una marca comercial tan conocida). Así que, tras confirmar que efectivamente la letra está en euskera y que S. Ignacio no es sólo el fundador de la Compañía sino también patrono de Bizcaia y Gipuzcoa, me he decidido a cambiarlo por este otro, más respetable: "Inazio gure patroi handia..."
ResponderEliminarMuy buena idea la de ese cambio, Alejandro.
ResponderEliminarDespués del impacto cálido y sedante de la primera audición, que nos ha hecho refugiarnos en la palabra “naturalidad” para no quedarnos callados, veamos: ¿qué ha sucedido aquí? Han desaparecido todas las aristas marciales que resultaban subrayadas por la música en un Himno cuya letra nos parecía ridícula, tratándose de un tema religioso. No sé lo que dirán en euskera, pero si la letra dice lo mismo que en castellano, hemos de reconocer que la música que hemos oído ha transfigurado y sublimado a la letra. Tenemos estupendos especialistas en Euskera: Gallastegui, Erauskin, Socobehere. Sería muy interesante que nos dierais alguna noticia sobre esa letra y su traducción precisa. En ese nuevo toque de solemne sosiego del que hablamos influye sin duda el “tempo” más reposado, la delicadeza y el pulso con que están dirigidos coro y orquesta. Pero no son sólo esas cosas, sumamente valiosas desde luego, y que vienen a adornar y dar un determinado sentido al discurso musical, son las entrañas mismas de la armonía las que nos producen ese efecto balsámico. Otaño es un verdadero mago en las “notas de paso”. Las “notas de paso” son sonidos que en un instante producen una sensación de roce y en el siguiente se convierten en una caricia. Cuando estas notas fluyen constantemente , como resbalando, sobre una melodía producen un placer increíble. Esto es lo que yo quería decir con la palabra, muy imprecisa y vaga, de naturalidad. Si pudiéramos oír con más claridad a la orquesta, lo apreciaríamos mejor. En esta versión se pierden un poco en la frondosidad del conjunto. ¡Y las progresiones!. Cuando una melodía como esta avanza por escalones (pensad los que os sabéis la letra en ese momento en que se canta “ya voces escúchanse...”etc”) la “progresión” se produce cuando la armonía va subiendo pareja y paralelamente a la melodía. Nada más fácil ¡¡Cave credas!! Encontrar el dibujo del bajo, que debe repetirse en su ascensión, es un hallazgo. Si podéis seguirlo, os daréis cuenta de con qué sencillez tan maravillosa asciende y hace crecer la tensión de todo ese pasaje. Tan natural como la respiración ¡Una delicia! Rafael Manero.
15 de junio de 2011 10:41
Ahí va la letra completa en euskera para quien se anime:
ResponderEliminarIñazio
gure patroi aundia
Jesusen Konpañia,
fundatu eta dezu armatu.
Ez da ez etsairik jarriko zaizunik
iñolaz aurrean gaurko egunean,
naiz betor Luzifer deabrua
utzirik infernua.
Zure soldaduak dirade aingeruak,
zure gidaria da Jesus aundia.
Garaitu ditu zure konpañiak,
etsaiak.
Ez dauka fedeak ez kristau nereak
ez dauka bildurrik iñungo aldetik.
Iñazio or dago, beti ernai dago,
armetan jarria, dauka Konpañia,
txispaz armaturik bandera zabalik.
Gau eta egun, guk guztiok pakea dezagun;
beti, gau eta egun.
Corollaria et scholia (sobre la Marcha de San Ignacio).
ResponderEliminar¿Lo recordáis los que alguna vez fuisteis (fuimos) “escolásticos”? Después del “Probatur thesis” solía ir el apartado de Corolarios y Escollos. A medida que pasan las horas, voy vislumbrando escollos sobre la famosa Marcha, que me gustaría sortear o que alguien me ayudara a sortearlos.
1º – Sobre la melodía. Esa melodía ¿es de Otaño?
a) Resulta chocante que nunca, en lo que abarca mi memoria y la de Natxo, nadie aludiera a la autoría de Otaño respecto a la Marcha; ni siquiera Prieto. (¿Tal vez alguien tenga otras noticias?). Y eso, a pesar de cantarse todos los años en varias ocasiones. Tampoco la interpretamos nunca a voces, sino en plan “pueblo”. Sí cantamos en cambio el Himno Pontificio, que para nosotros era tan de Otaño como los Fabordones o cualquiera otra de sus obras conocidas en la Schola.
b) El tipo de melodía, tan angulosa, tan repetitiva, tan sinuosa no parece de Otaño. Recordad melodías auténticamente suyas: el Cantantibus, por ejemplo, el mismo Himno Pontificio. Son melodías de amplio vuelo, de curvas elegantes...El Buen Jesús, incluso sus melodías populares como el Estrella hermosa etc.
¿Se trata de alguna melodía arcaica del acerbo popular vasco?
2º – Sobre la letra. Aunque todavía no han dicho nada los expertos en Euskera, leyendo por encima el texto que nos pone Alejandro, para intentar entender, no entendiendo, veo que eso de “infernua” y “soldatuak” y Lucifer, me huele a chamusquina. Parece ser que en las dos lenguas se está hablando de lo mismo. Y después de todo lo que hemos vacilado sobre “Música y Poesía”, me pregunto. ¿Esa letra en Euskera iba pegada a la melodía en su origen? ¿Se compuso la letra a la vista de la melodía o la melodía se creó (por quien fuera) para “Ilustrar” la letra? ¿Cómo pudo inspirarse Otaño para crear esa obra, tan bella en su trazado armónico, tal como la acabamos de oír, partiendo de esos elementos? Escollos varios. Rafael Manero
Querido Manero, no son escrúpulos de tu imaginativa esos escollos, sino que tienen sentido muy fundado.
ResponderEliminarTe copio a continuación lo que Manuel Lecuona, folclorista vasco, escribía por 1929, lo cual puedes leer, junto con un análisis métrico del texto en esta dirección (http://www.euskomedia.org/PDFAnlt/riev/20/20399402.pdf):
«Mucho se ha dicho acerca de la pobreza del léxico y de la melodía del vibrante himno, el más difundido y arraigado, sin género de duda, en el País Vasco.
»Sea de ello lo que quiera, nosotros, desde el punto de vista del ritmo, no vacilamos en ponerlo entre las piezas de primera fila de su género.
»Por esta circunstancia precisamente se nos antoja que en este canto la letra se calcó sobre la música, y que ésta se compuso independientemente y con anterioridad a aquélla».
***
«En abono de esta conclusión podemos aducir un dato que quizás pueda arrojar alguna luz sobre el problema del valor originario de la música en cuestión.
»En Laguardia (Alava), se usa una variante abreviada de dicha melodía, en el acto de ser tremolada la bandera de la Villa por el Síndico del Municipio en el atrio de la Iglesia el día de San Juan.
»¿Será que originariamente esta música se compuso para que la tañeran nuestros tamborileros en el solemne acto de rendir honores a la enseña municipal?»
Ramón Cubillas
Absolutamente asombrado, Ramón, por tus dotes de investigador y por la prontitud de tu oportuna respuesta. Encuentro muy interesantes las observaciones de Lecuona (he sobrevivido a los dipodios catalécticos –a punto de sufrir una catalepsia- (Accidente nervioso repentino, de índole histérica, que suspende las sensaciones e inmoviliza el cuerpo en cualquier postura en que se le coloque)y a pesar de los tetrapodios espondáicos de los que habla)
ResponderEliminarEn uno de nuestros encuentros en Comillas, Goiko , nuestro inolvidable tenor solista, entregó a la Asociación copia del ARCHIVO DE MÚSICA. CANCIONES. UNIVERSIDAD PONTIFICIA DE COMILLAS. MADRID. Es un documento muy valioso, porque en él consta todo el repertorio que se conserva del Archivo de la Schola. Lo he consultado, y en el apartado dedicado a los SANTOS figura con el nº 54 – OTAÑO “Marcha de S. Ignacio de Loyola; 6 v.m. pue. pia. órg. Ésta es sin duda la obra en cuestión. ¿Por qué nunca la cantamos tal cual? Sin duda ha de ser una partitura compleja. Tal vez por eso y porque no se presentó ninguna ocasión absolutamente excepcional, las veces que cantamos esa Marcha nos limitamos a ser “pue.” nada más. ¿Por qué una melodía tan esquinada con una letra tan problemática en su tema pudo inspirar a Otaño una obra tan bella como la que hemos oído a la orquesta y coros de Euskadi?. Los caminos de la inspiración, como los juicios de Dios, son inescrutables. Desde luego, el genio creador de Otaño tenía algo de mágico: todo tema musical que él tomara en sus manos lo convertía en una joya. Ahí tenemos el tema charanguero del “Uno de enero, dos de febrero...” transfigurado por un maravilloso contracanto y convertido en una deliciosa danza al Regreso de la Romería, en el último movimiento de su Suite Vasca (escuchadlo, escuchadlo). Esto dería para devanarnos los sesos con el tema de ¿cómo letras horribles pueden inspirar músicas excelentes? De momento dejémoslo aquí, pero tengo algún otro ejemplo curioso que a lo mejor lo saco a relucir algún día sólo por pegar la hebra. Así que sinceramente creo que el “estro” genial de Otaño ha salvado y transfigurado con esta obra a melodía y letra, a pesar de los “infernua” y de los dipodios catalécticos. Rafael Manero
El milagro de la música de Otaño
ResponderEliminarPor encima de las bélicas y apocalípticas –descabelladas- letras tanto en castellano (P. Manuel Pintado S.J. a primeros del siglo pasado) como en euskera, (la original de Iturriaga -1842- y la versión libre de la de Pintado que se sigue cantando hoy de Serafín Baroja, padre de don Pío ¡Oh cielos!, … mas allá de la propia melodía de marcha tradicional, me quedo con Rafa en su admiración por los milagros de Otaño, capaz de transformar una marcha cuartelera en una joya musical tal como la que escuchamos a la Orquesta de Euskadi y el Orfeón Donostiarra. Hay igualmente otra versión editada con el V Centenario de Loyola, también con la orquesta sinfónica de Euskadi y el Orfeón Donostiarra, además de la Coral Eskifaia, los coros de Azpeitia y Azkoitia y el organista y concertista José Manuel Azkue.
Puestos en el disparadero de las versiones, recomiendo a quienes tengan tiempo y tragaderas, acercarse en Google y sobre todo en You tube a la “Marcha de San Ignacio”. Se pueden encontrar desde la “interpretada”a galope de caballo por un grupo de jesuitas, hasta una melosa marcha cantada por el coro barsileiro de Sao Luis Gozaga o la machacada en directo en una taberna vasca con el “Inazio” vociferado por un coro de jóvenes bacantes un tanto etilizados.
En serio; este “tour de force” de las armonizaciones de Otaño le reconcilian a uno con quien, mas que con la persona a la que no profeso especial simpatía, no cabe duda es un músico de cuerpo entero, un músico genial. ¡Chapeau!
X. S. Erauskin
Pues, aún hay más. Que parece que las seis voces se le hacían pocas a Otaño.
ResponderEliminarEn el artículo “Henri Collet (1885-1951) and Basque Music”, de Stéphan Etcharry, aparecido en “Musiker”. 14, 2005, 209-238, al final, en la parte dedicada a La nouvelle generation de compositeurs basques, menciona un «”Gran himno a San Ignacio de Loyola”, 8 voix et orch., 1917».
Ramón Cubillas
Pues, con permiso de nuestro documentalista oficial, parece que la versión del himno que estamos comentando (el autor parece ya fuera de toda duda que fue Otaño) es Enrique Ugarte, director de la Orquesta Sinfónica de Euskadi en el disco grabado en conmemoración del V centenario LOIOLA 91
ResponderEliminarEn nuestra web he puesto enlaces a varias de la piezas del disco y otra versión más del himno y sus ilustres intérprtes.
Alejandro Rivas
La música...”è una cosa mentale”
ResponderEliminarDespués de oír esas dos versiones distintas de la “Marcha de San Ignacio”, la que figura con el número 1 y la del nº 2, podemos preguntarnos: en esa música, que nos ha parecido maravillosa, ¿qué es lo propiamente de Otaño y qué se debe al adaptador-responsable de cada una de las versiones? Lo primero que tal vez nos sorprenda es la pregunta, que da por supuesto que se trata de dos versiones distintas. ¿Lo son?. Sí, claro, a poco que nos fijemos nos daremos cuenta de que el toque inicial suena en una con sonido más agudo que en la otra y también con timbre distinto; que en la nº1 la melodía la cantan voces blancas y graves al unísono y es la orquesta la que desarrolla el fastuoso ropaje de la armonía , y que en la 2 la melodía la inician solo las voces de hombre; que las voces blancas se incorporan más tarde y que en el desarrollo de la obra la armonía no la lleva solo la orquesta, sino también las voces del coro. Bueno, vaya por delante decir que el adaptador no se inventa nada, solamente decide (y no es grano de anís esa decisión) cómo y con qué medios (orquesta, coros, así o asá...) nos va a hacer llegar el “pensamiento musical” de Otaño; o sea, una determinada organización de los sonidos que el compositor imaginó en la soledad de su cuarto, y que dejó escrita en una especie de jeroglífico que es la partitura. Ese germen del que dependen todas las posibles interpretaciones posteriores (brillantes o no) es “algo mental”. Y es precisamente eso tan misterioso, lo que reconocemos como “creación” del compositor; lo interprete la Sinfónica de Berlín o la orquesta de Euskadi. No es que no tengan importancia los intérpretes y la forma de hacernos llegar, para que nos impresione de la mejor manera posible, eso que se puede llamar “pensamiento musical”; la tienen y mucha, por supuesto. Pero el fondo de la cosa, las entrañas de esa música, lo decisivo y lo más propio, en este caso, de Otaño es “algo mental”. Pensemos que Beethoven nunca oyó ni una nota de su “Novena Sinfonía”. Solamente imaginó una grandiosa combinación de sonidos y la dejó escrita en un papel: la partitura. Por cierto, creo que existe una primera copia de la “Novena”, con los márgenes llenos de frases del puño y letra de Beethoven, en las que el genial sordo se acuerda de la madre del copista por los errores cometidos por éste, al copiar su manuscrito.
Este peñazo de observaciones trata de explicar por qué reconocemos el talento del inmenso Otaño en esas dos versiones: se trata de dos versiones distintas, pero de un solo “autor” verdadero: el que imaginó esa combinación de sonidos, esa música que, usando la expresión de Leonardo da Vinci a propósito de la pintura, “è cosa mentale”. Rafael Manero
17 de junio de 2011 19:12
Después de tan sabrosos, bien informados y cultos comentarios de Manero, Alejandro y Erauskin como hemos podido leer en esta entrada del blog, no estará de más que dejemos que sea el padre Otaño quien nos revele algo de su “Marcha”. Transcribo seguidamente algunos párrafos tomados de la “Advertencia” que se encuentra en la partitura de la Marcha a 6 v. de que hablaba Manero.
ResponderEliminar«Al celebrarse el primer Centenario del restablecimiento de la Compañía de Jesús (7 de Agosto de 1914), varios Superiores y amigos me indicaron que compusiera para esta conmemoración alguna obra musical en forma de Cantata o Himno.
»Pensando mucho en ello, me decidí por fin a ser consecuente con mis inclinaciones, a apoyarme en algo popular, para elevarlo o transformarlo. Desde luego se me puso delante la tan conocida Marcha de San Ignacio de Loyola, con todas sus vulgares fórmulas de plena decadencia artística (primera mitad del siglo XIX), con todas sus progresiones melódicas tan malas como la letra que a toda prisa trituran, con todas sus pretensiones de Himno o Marcha, sin ser nada de esto, ni por lo tradicional, ni por las características internas o externas del género. […] La Marcha, pues, musicalmente nada vale, tal como su desconocido autor (y no hace falta descubrirle) la compuso.
»Hacerla desaparecer, hoy por hoy, parece imposible: substituirla con otro Himno es todavía más ardua empresa por las dificultades intrínsecas de esta clase de obras. En esta perplejidad, me decidí a tomar como base de mi trabajo la misma Marcha. Estudié la manera de elevar a cierto nivel artístico las fórmulas que se caían de puro flojas y desvirtuadas, y quitando de la obra todo aire o resabio de bravucona jactancia soldadesca, me esforcé en prestarle un espíritu y entonación de grave y poderosa dignidad, propia del héroe y del asunto.
»Esto lo he intentado transformando, primero, el aire de la obra mediante un movimiento solemne y majestuoso que, sin duda, se comunica a la antes jactanciosa melodía; apoyando, en segundo lugar, las líneas débiles del canto, particularmente en las progresiones, con otras líneas cruzadas para sostener o corregir los diseños y ritmos deficientes, y, por fin, cimentando todo el canto en una base armónica suficiente, y eligiendo una decoración contrapuntística sobria y vigorosa».
Y no copio más. Pronto, muy pronto, el seguidor del blog contará con el resto de esta “Advertencia”, así como con la partitura.
Ramón Cubillas
Qué lucidez la de Otaño al enfrentarse con tal melodía y tal letra. Qué potencia creadora y transformadora la suya y cuán perfectamente ha logrado su propósito, a juzgar por la honda impresión que ha causado en todos nosotros su genial composición. ¡Y (soltemos otro literario "¡cuán!") ¡"cuán" increíblemente oportuno, sorprendente y bien informado se nos muestra una vez más Ramón! ¡Cuán agradecidos le quedamos! ¡Y cuán en ascuas nos deja en espera de sus nuevas revelaciones! Rafael.
ResponderEliminar19 de junio de 2011 02:18
"...intentique ora tenebant.." Querido Ramón, tienes a la peña, como de costumbre, pendiente de tus "entregas". Hay que ver lo que ha rodado este tema que nació con tanta discrección. Con la estima tan dudosa que nos producía este himno en nuestros tiempos! Dispuestos a "liquidar al padre" (Freud) atacábamos a los jesuítas cambiando la letra de aquel "Compañía de Jesús a la lid/ a la lid!!" por el despiadado "Compañía de Jesús fuera de aquí /fuera de aquí!! ¿Era así tambien en tus tiempos?.
ResponderEliminarPues nada, que ya he recibido el valioso envío de la partitura de Otaño con su valiosa presentación y la estoy cocinando para psarla al cartel de fiestas.
Ah, se me olvidaba, también nos ha enviado una traducción de confianza Juan Vicente Gallastegui. Ya veis que no falta tarea.
Animado por tu comentario, te envío la traducción literal del Himno de San Ignacio, aunque no estoy acostumbrado a traducir del euskera al castellano, sino del castellano al euskera. Pero ahí te va.
ResponderEliminarSon varias y distintas las letras del himno (en euskera), pero la que has puesto tú es la más extendida y casi la única que se canta.
Prescindiendo del "valor" de lo que expresa , podría decirte que es un euskera "macarrónico" y "muy castellanizado", no mucho más castizo que el latín que usábamos (no los libros sino nosotros, al menos muchos de nosotros) en filosofía y teología. (Lo de retórica era distinto, mucho más clásico y elegante). Por eso decíamos, aunque no sé el origen del adjetivo, que era "latín macarrónico". Pues algo así sucede con esta letra del himno:
Iñazio
gure patroi aundia
Jesusen Konpañia
fundatu eta dezu armatu.
Ignacio,
nuestro gran patrón,
has fundado y armado
la Compañía de Jesús
Ez da ez etsairik jarriko zaizunik
iñolaz aurrean gaurko egunean,
naiz betor Luzifer deabrua
utzirik infernua.
No hay enemigo que
de ninguna manera
se te enfrente hoy en día,
aunque venga el diablo Lucifer
abandonando el infierno.
Zure soldaduak dirade aingeruak,
zure gidaria da Jesus aundia.
Garaitu ditu zure konpañiak
etsaiak.
Tus soldados son los ángeles,
tu guía es el gran Jesús.
Tu Compañía ha vencido
a los enemigos
Ez dauka fedeak ez kristau nereak
ez dauka bildurrik iñungo aldetik.
No tiene la fe, no tiene mi cristiano,
miedo por ningún lado.
Iñazio or dago, beti ernai dago,
armetan jarria, dauka Konpañia,
txispaz armaturik, bandera zabalik,
Ahí está Ignacio, siempre está despierto,
tiene a la Compañía puesta en armas
armada de chispas (munición?),
con la bandera desplegada,
gau eta egun, guk guztiok pakea dezagun;
beti, gau eta egun.
para que día y noche todos tengamos paz;
siempre, día y noche.
21 de junio de 2011 21:35
Dos, sólo dos cosas más a propósito de la “Marcha”.
ResponderEliminarSea la primera agradecer a Gallastegui la traducción con que nos ha obsequiado. En segundo lugar, por lo que respecta a la letra, una añadidura a lo que Otaño escribía en su “Advertencia”, que hemos podido leer en la web de la Asociación, y lo que el mismo Gallastegui afirma: «Son varias y distintas las letras del himno (en euskera), pero la que has puesto tú es la más extendida y casi la única que se canta. Prescindiendo del "valor" de lo que expresa, podría decirte que es un euskera "macarrónico" y "muy castellanizado"». Remito, en principio, al trabajo “La Marcha de san Ignacio: sus textos”, del ya mencionado en esta misma entrada del blog Manuel de Lecuona, publicado en 1931 en la “Revista Internacional de los Estudios Vascos”, donde se encontrará una pieza de 1100 versos, de autor anónimo y posterior a 1850, así como referencia a otra composición del siglo XVIII, que bien podría ser la conocida como “marcha antigua”.
Aquí, quiero ahora nada más que ofrecer el que entiendo es el texto completo de la Marcha más difundida, la que nos trasladó aquí Alejandro y nos tradujo Gallastegui. Está tomado de una edición bilingüe a dos columnas, sin editor, ni lugar, ni fecha, proveniente de la sede de Vitoria de la Fundación Sancho el Sabio. Pongo a continuación el texto en su totalidad marcando, con unos asteriscos, la separación entre la parte ya conocida y la nueva. Espero no se me escapen muchos errores en la copia (Pienso, particularmente, en el corrector automático).
AITA SAN IGNACIOREN
MARCHA
Ignacio gure patroi aundiya
Desusen Compañiya
Fundatu
Eta dezu armatu
Ez da ez etsairic
Jarrico zaitzunic
Yñolaz aurrean
Gaurco egunean
Naiz betor Lucifer díabruba
Utciric infernaba;
Zure soldadubac
Dira aimguerubac
Zure guífaruya
Da Jesús aundiya
Garaitu ditu zure compañiyac
Etsayac:
Ez dauca fedeac
Ez cristau uereac
Ez dauca bildurric
Yñongo aldetic
Ygnaciyo or dago
Beti ernai dago
Ármetan Jarriya
Dauca compañiya
Chispac armaturic
Bandera zavalic
Gau eta egun
Guc guztioyoc paquea degun
Beti gau eta egun,
***
Bildu dezu Ignacio munduban
Arritceco moduban
Gendea
Fede viciz betea
Gende yaquintsuba
Eta indartsuba
Beti dabillena
Guerretan aurrena
Eleizaren etsaiyac billatcen
Topatu ta garaitcen;
Dituzu anayac
Guerra eguin nayac
Da oyen leguea
Etsai garaitcea
Oyec ditu bere defensoreac
Fedeac:
Dirade ezagun
Dabiliza gau ta egun
Europan Asiyan
Africa American
Legorrez ta Ychasoz
Dijuaz ta datoz
Dabiltza noquean
Yndiyo tartean
Edo naiz Cortean
Manera berean
Beti pelean
Bitcitzac dirauben artean
Beti beti pelean.
Dira Ignaciyo zure anaiyac
Chit mariñel aundiyac
Arraunac
Bogatcen daquiyenac
Pedroren ontciya
Badago ertciya
Arroca tartean
Egunen batean
Bertatíc botean dira sartcen
Eta argana Junten;
Socaquíñ loturic
Arroquen artetic
Baldín bada etsairíc
Oyec garaituric
An daramate ontciya cayera
Legorrera: [corregido: Lurrera]
Naiz izan ecaitza
Bogatceco gaitza
Eta baguen goyac
Naiz busto odeyac
Arraunac arturic
Coragez beteríc
Botean sarturic
Vícitzaz azturic
Boa boa deiric
Dijuaz cayetic
Bultceaz quilla
Pedroren ontciyaren billa
Beti bultceaz quilla.
Ramón Cubillas
Vaya ahora la versión en castellano, distinta a la de Peinado, en la que aparece también el modo en que se cantaba. He procurado respetar la ortografía, incluidos errores manifiestos, como ese de "TRIPLE". Algo más se saciará la curiosidad de algún amigo del blog, aunque no sea esto que aquí queda de interés inmediato del mismo.
ResponderEliminarMARCHA DE SAN IGNACIO
PRIMER TRIPLE–– FUNDADOR
sois Ignacio y General
CORO–– de la Compañía Real
de Jesús, escuadron militar;
los esfuerzos guerreros
de vuestro valor
os ofrecen conquistas
de esfera mayor:
á la marcha, soldados, marchad
al sonido del timbal.
REPITESE–– Fundador
sois Ignacio etc.
Al oir de esta marcha el rumor
hace seña el infierno asustado
y el pérfido infiel
ya dispone su tropa á pelear,
y á acometer.
DUO–– La perfidia y la rábia
pelean por él,
por Ignacio la gracia
virtud y poder.
CORO–– En su régio arnés
se deja ver
por timbre Real
VIVA JESÚS y su escuadron.
DUO–– Tropa marcial, marcial
que repiten la trompa y el clarín.
CORO–– La trompa y el clarín.
SEGUNDO TRIPLE–– Capitan,
grande Ignacio, Marte sois
CORO–– de las batallas de Dios,
singular triunfador y guerreador:
á revista, soldados
valientes, vewnid,
á pasar la reseña,
que manda la ley,
al sonar el timbal y el clarín,
el pifano y el tambor
REPITESE–– Capitan
grande Ignacio etc.
De la noche en la obscura
confusion, en armas
se levanta otro
pérfido escuadron:
con Loyola el valor quiere medir
Lucifer.
DUO–– Entra al choque furioso
bramando Luzbel,
por Ignacio la gracia,
virtud y poder.
CORO–– Se oye rumor,
fuerte chocar,
valiente herir,
triste gemir,
duro rabiar.
DUO–– Ea, Luzbel, Luzbel, en Ignacio
triunfo al fin el valor.
CORO–– Al fin el valor,
TERCER TRIPLE–– Gran Patron
tiene muy noble y leal
CORO–– Señorio Ilustre Real.
posesion del Leon Español,
en Ignacio, valíente
soldado marcial
de la Càntabra fuerte
guerrera Nacíon;
corre el mundo el glorioso pendon,
en hazañas del valor.
REPITESE–– Gran Patron etc.
Á la guerra, á la guerra
soldados corred,
al arma y al choque;
con tal Capitan
no témais los peligros del mar
mar infiel.
DUO–– Ganareis vuestra gloria
renombre inmortal
de lo vasto del mundo
la tierra y el mar.
CORO–– Así el laurel
se deja ver,
de vuestro honor
podrá tomar
nuevo esplendor.
DUO–– Mucho, lucir, lucir con batalla
y aplauso superior.
CORO–– Aplauso superior.
Ramón Cubillas
La olla..., que se me fue la olla: que donde pone, en el anterior comentario, "Peinado" debe poner "Pintado".
ResponderEliminarRamón Cubillas