sábado, 18 de febrero de 2012

Lugar de encuentro. Comillas: lo más presente del pasado.

Quienes visitáis con frecuencia el blog, quizá habeís olvidado la referencia que hace en su cabecera "... esta página pretende ser un lugar de encuentro...". Alguno de los colaboradores no comparte del todo mi empeño por evitar que se convierta en una especie de "almacén" de materiales (música, partituras, fotos, recuerdos...), aunque sean valiosos, de la Schola y de nuestra estancia en Comillas. En mi modelo, vuestra participación, a través de los comentarios, es inexcusable. Puede ser tan breve como una simple frase, incluso palabra-frase. Puede ser de apoyo, de crítica, de propuesta o de consulta. Pero vuestra intervención es tan necesaria como los documentos que publicamos.
Decía yo, en mi último comentario, que la Cantata de Aizpurua merecía almenos un par de comentarios, aunque sea para decir algo tan básico como "no entiendo esa forma de hacer música". O, tal vez, "no he conseguido descargar ninguna de las partes" (son archivos un poco pesados y pueden tardar un poco en empezar a sonar). El hecho es que los informes que me aporta el servidor, me indican que de las más de 500 visitas que ha recibido el blog desde que publicamos la Cantata, sólo 27 siguieron el vínculo a la página MÚSICA Y MÚSICOS COMILLESES y que de los 27, únicamente 6 descargaron la música de la Cantata (que no se entere Arcadio, con las vueltas que ha dado para conseguir el Cd y luego separar las piezas, comprimirlas, escanear el folleto....). De los 6, ni un sólo comentario al respecto. Comentario: sin comentarios.
Hablando de otra cosa pero relacionada, me escribe un buen amigo comillésy compañero de curso, Alfonso, y me dice, más o menos...:
Yo, que no fui "puer cantor" ni soy músico ni sé apenas de música, empecé a visitar el blog sintiéndome un intruso y, aunque lógicamente no podía disfrutar en el mismo grado que los que fuisteis "scholantes", reconozco que me fui enganchando. Al fin y al cabo, la Schola es parte de Comillas y Comillas es parte de mi pasado y mi pasado es cada vez una parte más grande de mi presente, y en ese sentido no podía dejar de sentirme directa o indirectamente concernido por lo que allí iba apareciendo. Es lógico que la Schola -la música- sea el asunto principal del blog, pues se constituyó en torno a ella y a su recuerdo, pero también es cierto que la Schola no puede entenderse sin el seminario, de cuya base humana se nutría. Traigo a colación semejante obviedad porque me llamó la atención que X. S. Erauskin, al contar la divertida anécdota del caimán, se disculpase como si estuviese cometiendo sacrilegio al invadir con una historia "profana" el ámbito sagrado reservado a la Schola (él suele escribir "Scholla", añadiendo, generoso como es, una ele de propina; menos mal que es de Vitoria, que si fuese de Bilbao añadiría el alfabeto entero). Deberías, tú que tienes mando en plaza, disipar esos escrúpulos sobre la pertinencia en el blog de asuntos que, siendo comilleses, no se refieren directamente a la Schola. A mi juicio, todo lo que ayude a entender mejor lo que era Comillas redundará en un mejor entendimiento de la Schola, que era uno de sus emblemas -el emblema por antonomasia, quizá-. Si se prefiere conservar la música al abrigo de contaminaciones sublunares, se podía señalar un espacio aparte para este menester documental, evocativo y narrativo que, al no requerir conocimientos técnicos, ensancharía probablemente el campo de participación. Así nadie tendría reparos a la hora de traer asuntos no musicales. Yo disfruté, por ejemplo, con los almíbares fósiles del P. Camilo María Abad exhumados por el inexhaurible Ramón Cubillas lo mismo que con la sauroanécdota de Erauskin y con las cartas del superdecano evocadoras de tiempos heroicos; pero el abanico de temas puede ser más amplio. Los veteranos tienen mucho que contar y arte indiscutible y gracia de sobra para hacerlo. Recordar es interpretar e interpretando rescatamos al pasado de su inmodificabilidad de piedra y le reintegramos de alguna manera la condición flexible de lo vivo. El blog podría ser el sitio ideal para disfrutar de esa propiedad compartida que es nuestro pasado comillés....
Lo firma Alfonso, pero yo también m'apunto y añado, por si hubiera dudas: Amen
Alejandro

7 comentarios:

  1. Tampoco yo entiendo de música, ni pertenecí a la Schola. Es más, consideraba a los cantores como "castigado" que no podían jugar a fútbol ni ir a la playa, mientras estaban ensayando.
    Aunque entre mis aficiones está el escuchar música, y estoy muy agradecido al blog por darme a conocer composicones de Van Nuffel, Perosi, Almandoz o Aizpurúa, entre otros, con lo que verdaderamente disfruto es con los encuentros con todos vosotros en el blog, unisoa poe el recuerdo de tantos sentimientos y vivencias de familiaridad y amistad compartidos en los años de internado en Comillas.
    ARCADIO FERNÁNDEZ

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  2. Hola, Arcadio, no será mejor que firmes arriba sin asustar al respetable público, es decir,no como "anónimo" sino, como al fin del mensaje bien lo haces, con tu nombre de pila? Porque hoy te acabo de confundir (y me asustaste) con el caballero blindado medieval,glorioso por cierto, que se nos pone a sí mismo por modelo para que mejoremos y seamos " los que escriben, como yo, sin mirar al teclado, igual que si estuviera tocando el piano sin mirar tampoco a la partitura"?
    José Manuel Ruiz Marcos

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  3. Para Arcadio y para quien necesite ayuda en la publicación de comentarios:
    En el momento de
    Elegir una identidad
    en vez de marcar la opción Anónimo, mejor marcar la opción Nombre/URL y se abrirá una ventanita para que escribas tu nombre. No hace falta poner nada más. Prueba y verás

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  4. PARA ALFONSO
    Te he leído con sumo interés. Entre los que no respetan la exclusividad de la música como tema del blog, hablas de cartas del superdecano, evocadoras de tiempos heroicos y las dices “evocadoras del pasado, de su inmodificabilidad de piedra”.
    Me imagino que ese decano debo de ser yo y tu alusión a la inmovilidad de la piedra me ha confirmado en sentirme en este trasiego. el “convidado de piedra”, el que mejor se callaría. No sólo he hablado de tiempos heroicos, he tocado temas fundamentales de nuestra
    de-formación humana que, si revisas las cartas a que aludes, no han tenido ninguna resonancia, ningún comentario. Amo a Comillas “porque no me gusta”, como alguien dijo refiriéndose a España. He tocado detalles de falsa formación en nuestro Seminario, que quedaron siempre sin comentar, como si fueran temas exclusivos del aguafiestas. He dicho que si los aguanté, si los sobreviví, (y aquí aterrizo plenamente en el tema “Música y Schola”)fue precisamente gracias a ser de la Schola desde mi primero hasta mi último año; gracias a la maravillosa “extraterratoriedad” de la Schola, abordar a la isla entre semanal y diaria en la que mucho era distinto, a la presencia de Prieto, en conjunto un paréntesis de libertad, de arte, de belleza, de humanidad. He comentado como Prieto trató a este niño de doce años…Y si lo he tocado es porque siento cómo esos procesos de deformnación influyeron en mi vida y, lo que me mueve a comentarlos, es que los veo influir en vuestras actuaciones, en lo que se dice y en lo que se calla.
    El “convidado de piedra”, José M.Ruiz Marcos

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  5. Alfonso Fernández20 de febrero de 2012, 0:40

    De sobra sabes, JoséMa, que lo de la piedra no iba por ti. De lo único que no cabe calificar tus intervenciones es de "pétreas"; de vivas, sí; de polémicas, también; pero de pedregosas e inertes, nunca.
    Alfonso

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  6. Gracias, Alfonso, tu reacción es oportuna.Se debe a una mala formulación mía.Debí escribir, comentando lo que dices de mis cartas, que tú las viste y evaloras como “evocadoras del pasado, RESCATÁNDOLO de su inmodificabilidad de piedra”.
    Estoy de acuerdo contigo en que el abanico de temas pudiera ser mucho más amplio"
    José Manuel Ruiz Marcos

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  7. Querido JoséMa, siento que mi por descuido te asustara el "anómimo". Lo entiendo; no es para menos.Procuro pasar desapercibido, sin esconderme, y nunca desde el anonimato. Aunque, a veces, mi nombre de pila me delata.Quizás debiera firmar con Herreras, mi segundo apellido,y mi nombre en mis años de internado en Comillas. Usar Fernández, sin más, daría lugar, quizás, a otro "anónimo" más.
    Arcadio Fernández Herreras

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