El “Adagio” ha sido elogiado por los críticos (P. Victoriano Larrañaga en el prólogo a las Obras Completas) como “ obra cumbre de la producción orgánica española a principios del siglo XX”.
Apareció formando parte de esa “Antología orgánica española”, otro empeño de Otaño en su afán de renovar y modernizar la música religiosa y, cronológicamente, es la primera composición para órgano que figura en sus Obras Completas.
El comentario de Enrique Massó (Catedrático del Real Conservatorio de Madrid. En el Prólogo a Obras Orgánicas de N. Otaño en la Fiesta de Santa Cecilia 1965), al que se accede pinchando en la imagen, resulta interesante.
En cuanto a la “clara influencia wagneriana” de la que habla, que nadie espere reconocer parecidos con tal o cual composición de Wagner. Lo que Otaño asimila y trasmite es ese poderoso aliento de la melodía y el brillante despliegue de tonalidades que recorre. El colorido de la armonía, llamado “cromatismo”, tiene expresión visual en los sostenidos y bemoles de la partitura, que nos van llevando por esos sugestivos paisajes sonoros.
Desde la página MÚSICA Y MUSICOS COMILLESES de nuestra web podéis disfrutar de una excelente interpretación a cargo de Esteban Elizondo en la Basílica de Loyola ( >> ) que nos ha enviado Ramón Cubillas y el apoyo de la partitura: >>
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Nota: Os recuerdo que a la página MÚSICA Y MÚSICOS COMILLESES se puede acceder desde la página AUDITORIUM
domingo, 4 de marzo de 2012
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Así se expresaba el compositor donostiarra José María Agesta, "Lushe-Mendi", cuando escribía, en la «Revista Musical» de Bilbao (año I, n.º 2, febrero 1909, pág. 40) informando de la actividad musical en San Sebastián durante el mes de enero, a propósito del “Adagio” de Otaño y la interpretación que de él hizo Gabiola, amigo que fue de Otaño, en el Palacio de Bellas Artes en un concierto organizado por la Económica Vascongada:
ResponderEliminar«Es un hermoso adagio para órgano del R. P. Otaño S.J., compositor de grandes arrestos. Una melodía apacible que se desarrolla en un interesante crescendo, hasta llegar a un grandioso tutti, sirve de tema a la obra a que nos referimos. El maestro Gabiola la tocó con gran entusiasmo, mostrándose el organista pulcro, conocedor de los secretos del instrumento que cultiva con tanto lucimiento. El Adagio agradó sobremanera, y enviamos nuestro parabién afectuoso al P. Otaño, y conocedores de las brillantes facultades para el divino arte, esperamos no sea esta la última vez que tengamos la dicha de escuchar nuesvas obras suyas».
Por su parte, el también compositor y organista José María Muneta C.M., en “El P. Otaño, alma de la reforma de la música religiosa en la primera mitad del siglo XX” («Musiker: cuadernos de música», n.º 1, 1983, págs. 129-151), afirma que el Adagio «coloca a su autor como un renovador de la música sacra destinada a este instrumento» y que es «de visible influencia wagneriana por su cromatismo y circular modalidad».
Ramón
"Adagio" fue compuesto por Otaño en 1808, dedicado a su amigo Bernardo Gabiola (Bérriz 1880-Madrid 1944), profesor de órgano y compositor.
ResponderEliminarJoaquín Turina, en "El Debate", consideró a Gabiola "el as de los organistas españoles" (Auñamendi Entziklopedia).
Esteban Elizondo presentó en la 3ª planta del Ayuntamiento de Comillas, el 21 de agosto de 2009, su libro y el CD "OTAÑO, Obras para Órgano", bajo el epígrafe de "Nemesio Otaño principal impulsor del órgano en España en la primera mitad de siglo XX".
Sobre "Adagio", Elizondo dice en la carátula del CD: "Obra de juventud, de influencia wagneriana y carácter orquestal, representó un hito dentro de la música para ógano que se había escrito en España hasta ese momento. La composición muestra desde su inicio un gran impulso expresivo, que culmina en unos acordes impactantes de gran belleza sonora. Posteriormente se refleja la tensión, finalizando la obra en un clima de gra delicadeza melódica y armónica".
En la página 113 del libro de Ansorena sobre Almandoz, recientemente en el blog, se puede ver una foto con Gabiola, Otaño, Solozábal, Guridi y Almanoz, entre otros.
Arcadio
A estas horas de la noche (casi la 1 de la madrugada) acabo de escuchar y seguir la partitura del Adagio de Otaño. No está mi mente ahora para grandes análisis musicológicos, pero sí quiero aportar mi primera impresión de grandiosidad, originalidad, fuerza y espiritualidad. Me parece una obra grandiosa y difícil de ejecución, pero fácil a la audición profunda.
ResponderEliminarA estas horas de la mañana, (algo más de las 7,30) entro en la red. Reviso el correo, visito el blog y me encuentro varias agradables sorpresas: la visita y comentario de José Luis que celebro tanto por su opinión musical como por su presencia siempre esperada. Veo, además, un comentario de Rafael Manero a la entrada "Concerto sacro 2012". Se trata de un comentario literario musical que os recomiendo vivamente.
ResponderEliminarApresuraos porque esta tarde habrá más Aizpu´rua, más Almandoz, más Otaño.... más de todo. Buenos días.
En mi anterior comentario puse, por error, la fecha de la composición del "Adagio" de Otaño en el año 1808, cuando debí poner 1908. Mis disculpas.
ResponderEliminarArcadio.