miércoles, 28 de marzo de 2012

Semana Santa

Bueno, amigos, por aquí una vez más y, como es habitual, con más cositas. Lo cierto es que, aunque voy recopilando por donde puedo diversos materiales –partituras fundamentalmente– y que lo hago con entusiasmo, me pregunto alguna vez por el destino que les espera: si han de ser cachivaches arrinconados o bien apilados en estantes –esto da lo mismo– en un almacén, o piezas pulcramente colocadas en un museo que se visita sin que se note la huella del visitante más que en el contador numérico del torno de entrada, piezas valiosas que parecen quedarse frías, languidecer y morir.

¿Que por qué digo esto? Ni más ni menos que porque las más de las veces, y no son pocas, que me asomo al blog con la esperanza de encontrar algún comentario sobre esto o aquello o contra esto y aquello, hallo que la esperanza se me convierte en desesperanza y que no queda cosa apenas de aquel entusiasmo –me atrevería a apellidarlo de juvenil– que alentó al blog hasta no hace mucho. Y no puedo creer que no tengáis nada que decir: los años vividos, los momentos recreados, el reencuentro con aquella partitura, aquella canción que cantasteis, las nuevas experiencias de escuchar esta o aquella pieza organística de Otaño son alimento para la pluma y rico cibo para el blog. ¿Qué es, entonces? ¿Acaso es muestra de esa actitud tan española que se reflejaría en frase como «¡Que comenten ellos!», parafraseando a Unamuno. Yo no lo sé. Lo que sí sé es que el silencio es saludable cuando sirve a la reflexión, pero si se prolonga demasiado y no se exterioriza nada es mortal: cuando ya no haya más música de las esferas llegará la muerte térmica del universo. Y creo que esto ninguno lo queremos para el blog.
Bien, amigos, que me desvío. Os dejo aquí, aprovechando la proximidad de la Semana Santa, los programas de 1962 y 1964, con los que el Archivo histórico de la web quedará bastante completo en este aspecto, y una Pasión de Nuestro Señor Jesucristo según San Juan, de 1966, del padre Prieto. Y ya que en el Domingo de Ramos del 62 se interpretó el Pueri hebraeorum de Palestrina, ahí lo tenéis, junto a la partitura, de regalo. Que lo disfrutéis.
Ramón Cubillas

-Ver programas de Semana Santa en la página de Archivo Histórico >>
-Ver partitura de La Pasión según San Juan (J. I. Prieto) >>
-Ver partitura e interpretación de Pueri Hebraeorum de Palestrina en MÚSICA Y MÚSICOS COMILLESES >>

6 comentarios:

  1. Ramón, dime algo sobre la interpretación del Pueri Hebraeorum de Palestrina para ilustrar la audición.

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  2. Pero, Alejandro, ¿qué me pides? ¿Que te diga «algo sobre la interpretación del Pueri Hebraeorum de Palestrina para ilustrar la audición»? ¡Ah! Si yo pudiera, como pueden muchos de los amigos del blog decir algo… Pero no es así, de modo que tendrás que conformarte con lo que sobre esta pieza escribe H. Coates en su libro Palestrina. La vita. Le opere (Milano, 1946). Traduzco del italiano y seguro que traiciono:
    «Un ejemplo admirable del estilo pictórico y descriptivo que Palestrina emplea con tanta frecuencia en estos motetes es el Pueri Hebraeorum, una de las antífonas escritas para ser cantadas durante la distribución de las palmas el Domingo de Ramos. Es una breve y vívida composición poética en forma de salmodia, que pinta la escena de la entrada de Cristo en Jerusalén. La elección de las voces –dos sopranos, contralto y tenor– quiere, probablemente, dar la idea de un grupo de niños y jóvenes de edades varias; la introducción, con las voces que entran de una en una rápidamente, quiere evidentemente dibujar el grupito que se reúne, y el pasaje siguiente, simplemente, con el carácter de una marcha, representa su avance “portantes ramos” al encuentro del Redentor. El movimiento polifónico se reanuda cuando el texto describe el saludo a Él, y hacia el final aparecen, en la melodía contrapuntística, toquecitos decorativos que semejan el ondear de las palmas mientras la procesión entra en Jerusalén al grito de “Hosanna”».
    Pues, esto es todo. Únicamente una cosita más. De las partituras que tenía a la mano, o al ordenador, por decir mejor, te he enviado esa de 1854, de Proske, por razones obvias: tiene una belleza que no se encuentra en otras modernas, mucho más prácticas, tal vez, pero…
    Y otra. En los catálogos de las obras de Palestrina que he consultado, no aparece nada más que un Pueri, que es el del comentario de Coates y el de la partitura. Sin embargo, el que se cantó en Comillas hace 50 años –estamos de celebración– fue a cuatro voces graves. Bueno, ahí queda.

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  3. Xabier S. Erauskin31 de marzo de 2012, 10:52

    Lo de Ramón, asombroso. Se presenta como amateur de la música pero se le ve en la pomada, metido hasta las cachas en partituras y melodías. Y cuando hay que afinar para comentar el fondo de las obras recurre con referencias concretas traduciendo, si hace falta, del italiano o de lo último encontrado en sus incesantes pesquisas.
    Por eso mismo da bastante grima y pena la falta de respuesta escrita en el blog. Lo que no quiere decir, ni mucho menos, Ramón, que no tienen respuesta alguna. Somos muchos o al menos, bastantes los que seguimos enganchados. Alejandro lleva la cuenta de los que entran o entramos de voyaeurs o auditeurs.. Pero la pereza por la escritura nos asalta incluso a los que por profesión hemos sido anteriormente “escribidores”. Tanto más a los que no lo han sido nunca. Y luego está el cansancio.. las tareas voluntarias o de “hobby” en las que estamos metidos.. y los años.. Por favor, Ramón, Alejandro.. seguid sembrando aunque parezca que la semilla se agosta o que se ha perdido en el aire. El fruto siempre acaba apareciendo. En todo caso ahí queda la labor de unos cuantos Kamikazes con la música por montera.
    Xavier S. Erauskin

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  4. ¡Qué cosas més interesantes aportas siempre, Ramón! ¡Esa, estéticamente maravillosa, partitura con la distribución de voces original y el comentario tan sabroso de H. Coates! Y es verdad, en Comillas siempre lo cantamos a 4 voces graves. No sé el origen de la versión a voces graves, pero, por lo que veo, no fue sólo cosa de la Schola de Comillas. Esta versión que escuchamos ahora en el audio también está interpretada a 4 voces graves, y por cierto muy bien. Me ha hecho volver al coro de la Iglesia. Dos obras importantes de Palestrina se interpretaban en Semana Santa: el "Pueri portantes ramos..." y para mí la emocionantísima lamentación "Matribus". Y las dos se interpretaban a voces graves. Esta lamentación me hacía pensar siempre que en ella Palestrina se acercaba al dramatismo de Victoria, que tan hondo nos llegaba. Recuerdo especialmente las frases "cum deficerent parvuli et lactei in plateis oppidi" y, sobre todo el "magna est enim velut mare contritio tua" ¡Cuánta emoción y cuánta belleza también en Palestrina!

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  5. ¡Cielos! He citado de memoria y la letra del "cum deficerent" no era exactamente así sino "cum deficerent quasi vulnerati in plateis civitatis". De todas formas la consulta me ha servido para encontrar la partitura que se la envío a Alejandro y para caer en la cuenta de que en los discos del año 50 está la interpretación del "Matribus". Si le quitamos mentalmente unos ligeros "arrastres" en los tenores primeros, fruto de sentimiento, creo que es una interpretación convincente.

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  6. Antonio Calvo Baguer31 de marzo de 2012, 21:39

    ....AL HILO DEL COMENTARIO DE RAMON CUBILLAS "SEMANA SANTA"........(28-03-12) No seré yo quien ose rectificar si una coma (que no soy versado en conocimientos musicales, pues mi estancia breve en comillas, del año 53 al 57, y , mi paso tambien breve en la Schola, con voz de tiple, guarda un gratísimo recuerdo del P. Prieto hecho devoción y pasión por la música singularmente en la Semana Santa. Pero como tu comentario es indudablemente "provocador" en el buen sentido, solamente puedo dejar constancia, como es mi caso, de lo dificil que me resultaria hacer cualquier juicio acerca de esta o la otra composicion sea de Otaño, Prieto u otro autor.Lo que si llego percibir es si sus músicas expresan sentimientos y emociones. Ello me basta y de vez en cuando las escucho, gracias a la inestimable y no bien agradecida, labor de los que como vosotros (Manero, Alejandro Rivas y otros) manteneis viva la idea de la Schola en las mentes de "entonces" niños y adolescentes, "ahora" abueletes de sesenta, setenta y mas años. Antonio Calvo

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