La envía Rafael Manero y nos indica también quiénes son los jóvenes de la foto:
De abajo arriba: Miguel Eizmendi, las manos sobre el teclado. Rafael Manero, pasando la hoja. Enrique Llorente, contemplando la escena.
De abajo arriba: Miguel Eizmendi, las manos sobre el teclado. Rafael Manero, pasando la hoja. Enrique Llorente, contemplando la escena.
El "infante" que tiene puestas sus manos sobre el teclado es Miguel Eizmendi. La persona más importante en la Historia de la Schola, como trataré de demostrar, de todas las que ayudaron al P. Prieto a realizar su prodigiosa tarea de Director. Tengo ya preparados un mazo de programas de Conciertos de Santa Cecilia y de Semana Santa, desde al año 46 al 60,que espero colgar en Internet para que todo el que quiera pueda bajárselos. Os transcribo una nota introductoria que irá al frente de esa entrega, en la que trato de subrayar la utilidad de consultarlos para hacernos una más cabal idea de la la historia de la Schola y de los personajes que en ella intervinieron. Me refiero ahora a Miguel Eizmendi.
ResponderEliminar"El curso académico 58-59, según se deduce de los programas adjuntos, estuvo marcado por la personalidad excepcional de MIGUEL EIZMENDI. Tiple solista en el coro de D. Julián…, organista de su Azpeitia natal, fue llevado a Comillas por el P. Prieto, en el año 1946, por la calidad extraordinaria de su voz y por sus destacadas dotes musicales. Más tarde fue contralto solista, y cuando, con el cambio de voz, pasó a formar parte de la cuerda de los bajos, se convirtió en un íntimo colaborador del P. Prieto en la preparación de voces y programas, y en todo el discurrir de la actividad de la Schola, a lo largo de su permanencia en Comillas.
El concierto de SANTA CECILIA de ese año 58 tuvo que ser aplazado por causa de una epidemia de gripe que afectó a más de 300 alumnos. Según consta en el programa, el concierto se celebró el 5 de diciembre bajo la dirección de Miguel Eizmendi. Diez días más tarde, el 15 de diciembre, repitió el mismo programa en un nuevo concierto, celebrado en le Cine Campíos del pueblo de Comillas “pro damnificados de Valencia” por la tremenda gota fría padecida por aquella ciudad. Pero lo que dio verdaderamente la medida de su valía y de su capacidad como director, y lo realza como caso único en la historia de la Schola, al menos en la etapa del P. Prieto, fue la dirección, como único protagonista, de todo el programa de SEMANA SANTA de ese año de 1989. Me entretengo en subrayar estas cosas, porque Miguel, hombre sumamente discreto y poco amigo de figurar, pasó entre nosotros de puntillas, como si fuese uno más en la Schola. Sin embargo la huella que dejó su extraordinario talento de músico y de excelente persona fue muy honda y bien merece un recuerdo emocionado y agradecido."
Este fue Miguel Eizmendi, el chiquillo que aparece ahí con sus manos sobre el teclado del mediófono. Y esto que acabo de escribir, mi emocionado homenaje a su memoria.