Querido Quinín, por tu composición tan inspirada, "No niño novo.." para que te inspires más aún te dejamos el regalo que habías pedido: "A media noche y en un portal" del genial V. Goicoechea. >>
Melchor, Gasfael y Balteján
Posdata: a ver si a lo largo del 2012 aprendes a manejar los hipervínculos. Si no, ya sabes, el próximo año carbón.
jueves, 5 de enero de 2012
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Vaya un regalo más encantador que me habéis dejado, queridos Melchor, Gasfael y Balteján (Natxo, Rafa y Alejandro). Pero no sólo a mí, sino a todos los que quieran escuchar o cantar en sus coros esta hermosísima pieza, que aparece ahora en la partitura mucho más clara y fácil que en la versión digital de Azagra.. Viendo la partitura, ahora percibo con más emoción y claridad este maravilloso villancico que tengo intención de cantar en las próximas Navidades, si Dios quiere. Lo escuché y canté por 1º vez en la Navidad del 46. El Sólo de tenor lo hacía, creo, Galarraga una voz poderosa y muy bien timbrada; y el de tiple lo hizo Eizmendi, compañero de curso y que tenía una voz prodigiosa. Mil gracias, de nuevo. Joaquín
ResponderEliminarUna observación sobre la partitura del Villancico de Goicoechea. Estando ya en una tienda a donde la llevé para que me la escanearan, porque no cabía en mi propio escáner, me di cuenta de que faltaba de escribir la letra de la segunda parte del coro (a partir de "creed, creed..."). La escribí aprisa y corriendo sobre el mostrador y cometí un error, no muy importante, pero lo anoto para que conste y se pueda corregir: la última palabra antes del Alleluia no es "y Redentor", sino que repite "el Salvador". Queda dicho.
ResponderEliminarA partir del año 48 conocimos a Galarraga, porque, aunque ya había salido de Comillas, venían él y San Martín en Semana Santa a apoyar a los tenores primeros. Pero ya no le oí cantar el solo del Villancico. Los tenores que recuerdo son: Ceballos, Arenillas, Castrillo, probablemente también Bailo...y la dulcísima voz de Paco Frías. En cuanto a los tiples solistas, que me perdonen todos los demás, pero mi memoria vuelve una y otra vez a la, como dices, "prodigiosa" voz de Eizmendi. Nunca he vuelto a oír una voz como aquella.