sábado, 14 de abril de 2012

Semana Santa 1957 y 1958

Pretendíamos completar en estas fechas los programas de Semana Santa que guardamos en el Archivo Histórico. Ya tenemos a disposición los correspondientes a 1957 y 1958

Ver programa completo de 1957 >>
Ver programa completo de 1958 >>
Los ensayos en el CALENDARIUM CURRICULI >>
Ephemerides 31-32 >>



12 comentarios:

  1. Xabier S. Erauskin17 de abril de 2012, 14:30

    Ese rosario desmenuzado con nombres y apellidos de la mejor polifonía y gregoriano en los programas resucitados de la Semana Santa comillesa son un extraordinario recuerdo de jornadas en las que la música nos envolvía en un aire que Nacho Zurbano captó genialmente en el portada del programa de 1957. “Caligaverunt” de Victoria, “In monte Oliveti” de Prieto , “Vinea Mea” de Otaño .. ¡Qué armonías todavía cercanas y familiares! En los programas, la música recordada como verdadero fondo junto a la singular y notable estética gráfica de nuestro amigo me retrotaen a aquellas dos semanas del 57 y 58 . Las viví intensamente a pesar de sufrir el estrés de las retransmisiones desde la cabina radiofónica para Radio Nacional junto a Bernardino Martinez Hernando.. ¡Que recuerdos!
    Xabier S. Erauskin

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  2. Arcadio Fernández18 de abril de 2012, 22:44

    Son muchos los Conciertos de Semana Santa y de Santa Cecilia que se han publicado en el blog.Gracias a ello estoy conociendo composiciones y compositores para mí desconocidos anteriormente, y disfrutando de su música.
    Ya he comentado en otra ocasión que no pertenecí a la Schola, y son muy pocos los recuerdos que tengo de ella y de sus conciertos.Me gustaría que alguno de vosotros contara los horarios, duración y lugar de los ensayos. Recuerdo que los conciertos de Santa Cecilia se celebraban en el Paraninfo, pero no se qué cursos asistían a ellos, y si se repetían.
    Los mismos interrogantes para los conciertos de Semana Santa.
    Espero -agradecido- noticias.
    Arcadio Fernández.

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  3. Arcadio, pones tanto entusiasmo en tus comentarios sobre las cosas y la música de la Schola que uno se contagia hasta el punto de que le resulta un verdadero placer contestar tus preguntas. Te interesas por los horarios, duración y lugar de los ensayos. Voy a intentar satisfacer tu curiosidad. Como “apoyatura” a mi memoria, a veces claudicante y a veces fantasiosa, le he mandado a Alejandro escaneadas algunas páginas de uno de aquellos inefables folletitos en los que constaba el “CALENDARIUM CURRICULI”, en concreto éste que he encontrado es el del curso 1952- 1953. En general, tanto la preparación del Concierto de Santa Cecilia como las actuaciones de Semana Santa, se hacía en la media hora anterior a la comida, de 12, 30 a 1, tiempo en el que toda la Casona se llenaba de gorgoritos. Los que no eran de la Schola estudiaban el “Solfeo de los Solfeos” en el Menor. En el Mayor tenían lugar las Clases de Gregoriano. Los ensayos de la Schola comenzaban nada más terminar los Ejercicios Espirituales. Los llamados “Tiplejos” (los tiples recién llegados) tenían una preparación intensiva en una de las aulas del Tránsito Blanco. Los ensayos de conjunto tenían lugar en la Sala de Música. Tanto en las actuaciones de Santa Cecilia, como en las de Semana Santa había una serie de obras que eran interpretadas solo por el Coro Reducido (una selección de cantores de la Schola, naturalmente) y su tiempo de ensayo era en el recreo después de comer. Cuando se aproximaban las fechas de Semana Santa había unos ensayos de refuerzo para toda la Schola que tenían lugar los Jueves en el recreo de la tarde con una hora de duración. La víspera de Santa Cecilia el Bedel de Música iba al P. Rector a pedirle vacación para toda la Casa para la tarde del Día de la Santa, que era tradicionalmente concedida. La distribución de la tarde para los cantores era (según un diario de la Schola): A las 5, 30, “ponche” en la enfermería para los solistas. Los caramelos a todos los cantores., según anota el Bedel, quedan para después del concierto, ya que “según es sentencia común, no van bien para la voz”. El concierto solía ser a las seis de la tarde en el Paraninfo. Las voces blancas íbamos en mi tiempo con sotanita, fajín azul, roquete y esclavina y muy repeinados. Las voces graves, sotana y fajín azul solamente. El Camerino para el P. Prieto, era el cuarto de la Administración llamado “La Procura”. Allí se recluía el Maestro en el descanso del concierto y recibía visitas y parabienes. A las 8 se tenía merienda-cena todos juntos, en uno de los comedores y, a continuación, “Reunión íntima” de toda la Schola en la Sala de Música con los llamados “Peripitines”, comentarios y jolgorios, presididos por el P. Prieto, que solía estar muy sonriente y cordial. Bueno termino. Que si no, esto se alarga mucho. Seguro que habrá recuerdos y ampliaciones por parte de los contertulios actuales. Rafael

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  4. Ya he subido al servidor las páginas del CALENDARIUM CURRICULI que cita Rafael. El enlace se encuentra en la entrada de la página principal ya que, en este tipo de comentarios no se pueden insertar hipervínculos.
    De paso adelanto que yo también expondré mis "recuerdos" sobre los preparativos y ensayos. A ver si se anima alguno más y conseguimos reconstruir la historia.

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  5. Bien nos informa Manero de la vida diaria de la Schola, así como de los preparativos próximos con ocasión de sus grandes conciertos. Y Alejandro promete su grano de arena. Bueno está esto. Nada puedo añadir a lo dicho, cuando ya no quedaba nada de la Schola, por más que, es cierto, seguía habiendo ensayos que teníamos en la misma sala, y aún se celebraba, aunque pobremente, la festividad de santa Cecilia.
    Y a otra cosa. En no pocas ocasiones hemos leído en el blog expresiones del tipo «en mis tiempos», muy especialmente cuando Josema comparaba los suyos con los que siguieron. No era Comillas institución muerta, sino viva y, por ello, cambiante, con cambios que pueden apreciarse incluso en los pequeños detalles. Para apreciar esto, ahí está el calendario del 31-32, que le envío a Alejandro. Comparadlo con el que nos ha proporcionado Manero: tiempo dedicado a levantarse, a la meditación y la misa, orden de las actividades, etc. ¿Cuáles fueron las razones para estas mudanzas? Eso sí, la hora oficial, como si no existiera: ¿Quién la necesitaba estando el sol allí arriba?
    Ramón Cubillas

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  6. Marchando una de "Ephemerides", Ramón. Ya ves que he estado al quite. Y no me pongáis más tarea, al menos por la mañana, porque salgo a celebrar el cumple de mi madre (94). Era una de las que subían la Cardosa cada varios fines de semana (según indulgencias..) y, por supuesto, por Santa Cecilia y en Semana Santa. Seguramente las más mayor de las que aún podrían volver. La página de vivir en Comillas tendrá que reserar un apartado de oro para para ellas.
    Por cierto Arcadio, el concierto de Santa Cecilia en mis tiempos se celebraba por duplicado (cuestión de público y aforo del Paraninfo). Una vez para "los de casa" y otra para invitados. Ya hablaremos.

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  7. Una niña pequeña a su madre: “Mamá, ¿tú naciste “antigua”?”. Cotejando las “Ephemerides” del 31-32, que nos manda Ramón, con el “Calendarium curriculi” del 52-53, uno tiene la impresión de “haber nacido antiguo”. ¡Qué sensación de haber vivido en ese inamovible “instans permanens” de la eternidad! Ahora, la coincidencia más conmovedora de todas es ese “Feriis IV et Sabb. Mundities”. ¡Las duchas! ¡Aquellas inmundas duchas, ubicadas en el sótano, eran las que nos proporcionaban nuestra “mundities” tanto a los del 31 como a los del 52, y en los mismos días de la semana con idéntica intermitencia. Y eso para Teólogos y Filósofos, que para Retóricos y Gramáticos no dice nada el papel. En nuestros tiempos, ya en el Menor nos formaban en grupos y el Inspector solía decir en el silencio del estudio: “Primer grupo, a duchas”. Hubo un humorista que nos espetó: “Primer ducho, a grupas”. ¡Mundities! ¡Qué eufemismo! Cuando el pabellón del Hispano comenzó a funcionar, tuvimos duchas ya en todos los pisos y, digamos, la “Mundities” mejoró notablemente. Pero eso no quedó reflejado en el folleto.

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  8. En nuestros tiempos (años 60 y...) el horario y frecuencia de los ensayos seguía la tradición que ha contado Rafael. Ser de la Schola era un "duro" privilegio pues cuando se acercaban las fechas de concierto teníamos que sacrificar los recreos (para los gramáticos era la hora de "jugar"). Repetir una y otra vez los pasajes difíciles de algunas obras cuyo sentido profundo entendíamos menos que a medias, resultaba bastante penoso. El Padre Prieto, cuando salía mal, se ponía por las nubes. No te puedes imaginar el dramatismo de sus gestos desesperados.
    Recuerdo además que los pasajes en los que más nos bajábamos eran los que tenían una tesitura alta. Lógicamente. Había que forzar la voz y repetir una y otra vez... Lo mejor de los ensayos era la convivencia que nos permitía con los "mayores" (voces graves). Nos trataban como a hermanos pequeños y en lso descansos menuedeaban las bromas. Esto tiene un significado muy especial pues los que no eran de la Schola sólo podían hablar con los mayores los dias de "fusión" (unos pocos días al año).
    Las actuaciones, sobre todo si eran cara al público, tenían ua cierta dosis de gloria y eso compensaba un poco.
    Lo que mayor "privilegio" suponía eran los viajes. Con la Schola viajamos por Europa varias veces y eso para chiquillos como yo que nunca habíamos salido del pueblo... imagina.
    Por seguir el guión que ha marcado Rafael, te diré también que los tiples y contraltos vestíamos un alba blanca (un blanco crudo), ceñida con un cíngulo blanco, y una cruz de madera muy sencilla. No recuerdo si estaban hechas a medida pero ciertamente cada uno tenía la suya, marcada con el numerito.
    Los conciertos de Santa Cecilia, en nuestros tiempos se celebraban por duplicado: el primero, de víspera, era para los de casa que, por supuesto, llenaban el paraninfo. El segundo, de gala, era para los invitados. Subía bastante gente del pueblo, familiares nuestros y además algunos invitados ilustres. Solía ser siempre muy brillante.

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  9. Leí «Manero dijo» y me sentí su aliado en esta crítica constructiva:
    ¡Las duchas! ¡Aquellas inmundas duchas, ubicadas en el sótano, eran las que nos proporcionaban nuestra “mundities”. “Mundities”, qué eufemismo!”
    Esas duchas aparecen en mi novela“Amar en Comillas” (1a, 2003) reeditada hace dos años con el título de “Amores convexos”(1b, 2010).
    También en ella se habla de inmundas duchas. Copio de 1a, pág 146, y de 1b, pág.100, y cito una “in-mundities” muy especial. No doy nombres de agresor y de víctima, pero a la verdad no cuento nada nuevo, ya está publicado, al menos por mí; fue un hecho patente y público y del que pudieron oír todos los que entonces vivían en la Cardosa:
    “A la entrada de cada ducha había una estrecha celdilla para vestirse y desvestirse; una leve cortina la separaba apenas del pasillo central.(…). Reinaba en el amplio sótano un ambiente de baño oriental: Paseando por entre las cabinas, la oscura sotana del vigilante difuminada entre gasas de jabones aromáticos; los susurros del agua estriándose sobre los cuerpos desnudos; el sudor de las pieles burbujeando hasta el techo y resbalando pegajoso por las paredes exteriores; las ventanucas de aquella catacumba cegadas por el vapor: todo parecía evocar los ardores, los perfumes y la lúbrica decadencia de “Las mil y una noches”.
    Aquel día le tocaba ducharse a X, uno de los más bellos solistas del celestial equipo vascongado. Dio un grito el muchacho cuando, mientras secaba sus desnudeces, vio descorrerse la cortina y entrar en reservado al padruco, que lo miraba y admiraba codiciosamente. Así debieron de codiciar los dos viejos del Libro de Daniel a la casta Susana, saliendo desnuda del baño. Después de aquel grito que todos en las duchas oyeron, era ya imposible paliar el asunto. El inspector pudo aún dormir aquella noche en su cama, pero dejó al día siguiente la Casona y la Orden, que en esto no conocía atenuantes. ¡Ni siquiera pertenece ya a la Orden!, oímos amedrentados cuando al día siguiente le echábamos de menos. Se fue con los primeros rayos del alba, a la hora de las invasiones, de los desembarcos y los golpes de estado. El padruco… era el mismo que, años atras, me había traído a mi lecho de enfermo 'Los novios' de Manzoni.”
    Este caso fue el único de su género que llegó a mis oídos en los años de Comillas. Delito y pena conocidos de todos. Al citarlo quise, entre otros motivos, honrar la actitud de «tolerancia cero» de la Compañia de Jesús. Otro gallo le cantara a la Iglesia si obispos, cardenales y hasta la Congregación vaticana con su Prefecto Ratzinger hubieran procedido con los casos conocidos y denunciados con la moral sin ambages de nuestros Superiores en Comillas

    José Manuel Ruiz Marcos

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  10. Desde luego, Joséma, ante panoramas tan desoladores como aquellos a los que sueles aludir con admirable insistencia, consuela pensar que llegarían tiempos mejores. En ellos pudimos conocer a gentes de la talla y valía como las de Iglesias y Martino, a quienes poder recordar con admiración y con gratitud. En cuanto a eso de la “complacencia benévola”, “cave credas”: creo que muchos tenemos criterio propio con el que enjuiciar Instituciones, Aparatos, Organigramas o como quieras llamarlos. Ese criterio es el que nos ha llevado en la vida por caminos muy distintos a los “programados”. A pesar de lo cual, creo que las cosas que llevo alabadas en este blog, son en efecto dignas de alabanza. Al menos en mi caso, “vere dignum et iustum est, aequum et salutare” ser agradecidos, por cosas memorables que han marcado nuestra experiencia vital y que allí tuvieron su cuna.

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  11. Arcadio Fernández25 de abril de 2012, 11:08

    Agradezco a todos la información detallada sobre las actividades de la Schola.
    Únicamente recuerdo que mientras los ensayos los demás teniamos recreo. Pero el "duro" privilegio, Alejandro,-por lo que ahora conozco- se veía compensado por el "ponche", los caramelos y la merienda-cena.Y no digamos los viajes por Europa, sobre todo, para los que eramos de pueblo.
    Arcadio Fernández

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  12. Arcadio, siento remodimientos por no estar "trasladando" todos estos comentarios a una página especial de "Vivir en Comillas" (en nuestra web) para que se puedan localizar cuando pase el tiempo. Como puedes imaginar, será difícil encontrarlos en una entrada dedicada a los programas de Semana Santa de 1957 y 58. Ese el el trabajo silencioso del webmaster que por falta de ánimos estoy dejando un poco pendiente.
    De los viajes a Europa se podrían escribir páginas y páginas por lo que supuso de "apertura a un mundo completamente nuevo para nosotros", cultural, político, social... Recuerdo incluso, en aquellos tiempos ´coincidir en Roma con una manifestación del partido camunista, y oir algún insulto dirigido a Prieto que iba con su pulcra sotana (cómo no! si en Expaña aún iban muchos con manteo...). Imaginas el impacto para aquellos españolitos salidos de la sacristía? Y qué decir de las duchas "inmundas" que en nuestros tiempos ya tenían azulejos y de la periodicidad de la "mundicia"? Sería suficiente decir que en ninguna de nuestras casas (clase social obrera) no había duchas ni costumbrre de ducharse? Sospecho que en los años de los que habla Manero, y mucho menos en el 36, al que se refiere el horario de las Ephemérides, la mayoría de nuestras familias, no sólo carecían de duchas sino que ni siquiera sabrían de su existencia.
    Todo un lujo, ya ves, las supuestas "inmundas" duchas. Incluso -y pido disculpas por lo que tenga de prosaico- cuántos de nosotros descubrimos en Comillas el papel higiénico...!
    En fin, recuerdo que cuando iniciamos esta aventura comentaba con algunos que esta web-blog -participada, interactiva y abierta- podría ser el "Eco-2". A este tipo de vivencias me refería.

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