Quienes pertenecisteis
a la Schola, seguro que podeis proponer variadas composiciones para organizar un
concierto, con el que podamos pasar una tarde musical agradable.
Para quienes gusteis de escuchar temas navideños, os sugiero
escuchar (p. e. en Spotify) un CD doble "Chistmas Adagios", con composiciones
e interpretaciones maravillosas.
Arcadio
Fernández
Van llegando contenidos para ese concierto:
-Ator, ator mutil (Guridi) interpret. Aretxabaleta Abesbatza:
-Noel (Aizpurua) interpret. Coro Vetusta:
-Pero Grullo (Durango) interpret. Coro Cervantes
Como ya hay buen número de propuestas de villancicos, te envío para su inclusión
en el concierto, si te parece bien, la partitura y la interpretación de
la Canción del carretero, pequeño poema coral a seis voces, sobre un
canto montañés, o Arre, buey, como también se conoce. Se interpretó en el
concierto de Navidad de 1914 y en los de santa Ceciclia de 1914, 1953 y 1961. La
grabación que te hago llegar, de la Coral de Santander dirigida por Sáez de Adana, es
de en torno a 1930
De esta composición escribe el mismo Otaño que
«tuvo un gran éxito» cuando se interpretó al término de la conferencia que con
el título El canto popular montañés pronunció en el Teatro Principal de
Santander el 19 de abril de 1914. Esta primera versión según parece la arregló
allá por 1921, pues escribe al padre Larrañaga en carta del 8 de octubre: «El
trabajo principal ha sido arreglar y rehacer definitivamente todas mis obras
corales, que algunas estaban medio hechas. […] Además de la Suite Vasca , en la
que no he metido mano, van: La Montaña , mejorada; Arre buey;
Negra Sombra; Sorgiñ dantza; el Calangrejo; La Canción del
Olvido, completamente reformada; El adiós del soldado, idem;
Canción Asturiana, ahora arreglada para gran coro…». Por estos mismo años
se movió también para grabarla para pianola.
Bueno, que nada, que una reliquia y una joya.
Un saludo,
Ramón
El carretero (Otaño) Coral de Santander ~ 1930
Audición >>
Partitura >>
Muy felices Fiestas de Navidad a
ti y a todos los miembros de la Asociación por extensión, y aún a
pesar de la “crisis”
tan profunda que padecemos, a
aquellos que estando inmersos en ella, por esas circunstancias,
no tuvieran ni ganas ni humor de celebrarlas( espíritu
solidario)El Villancico infantil de Prieto que adjunto, es para mí una excelente muestra del su legado musical: exquisito, profundo e imperecedero.
Un abrazo y felicitación navideños ¡…!
Antonio calvo
Villancico infantil (Prieto- recreación digital de Azagra)
- Audición >>
Hemos preparado una felicitacion multimedia para los amigos y de paso, si te parece para que la pongas en el blog.
Y lo dicho Felices Fiestas y un buen 2013
Abrazos,
Menchu y Ramón
Estupenda idea, Alejandro. Te envío por e-mail las partituras e interpretaciones, por si aún no estuvieras en posesión de ellas, de las obras que propones de Otaño, Durango y Guridi.
ResponderEliminarRamón Cubillas
¡Vaya! No había llegado al final de la entrada y di por sentado que la idea del concierto navideño era de Alejandro. Veo ahora que no. Así que rectifico: buena, muy buena idea, Arcadio. A Alejandro le he enviado lo dicho.
ResponderEliminarUn saludo
La idea es, efectivamente, de Arcadio. Estuvo aquí con Rosa, la semana pasada, y hablamos, cómo no, de nuestro querido rincón musical. Así nació la idea. Le pedí que la formulara por escrito. Lo hizo unos días después y a mí me ha costado otros 2 ó 3 decidirme. Está tan frío el ambiente... Pero es Navidad y se ha de notar también aquí. Así que vamos con ello.
ResponderEliminarEstoy buscando una versión del Ator, tan emblemático en nuestra Schola, que luzca un poco. A ver si la encuentro
Pues ya que está aquí La canción del carretero, vaya como complemento lo que escribía sobre ella, allá por 1930, José Artero. Copio textualmente:
ResponderEliminar«[…] Es la “Canción del Carretero”: data de 1914; de sus ensayos, de sus éxitos guardo yo recuerdos indelebles. La melodía montañesa es amplia y serena, y en la realización se ha acertado plenamente. Conviene recordar, ya lo insinuaba Torres, que estas canciones no son meras adaptaciones de cantos populares harmonizados para coros sino breves poemas en los que tomando la iniciación y el carácter del tema folklórico, evoluciona la crisálida popular en mil variadas formas e irisaciones. Así en esta adorable “Canción del Carretero”. El tenor solo, sobre un pedal del bajo y un discreto contrapunte del barítono, canta el tema, que luego el coro recoge com amplitud sonora. Un fragmento del tema popular prepara el episodio en tono menor más animado con diálogos, muy a la manera de Beethoven en sus obras más íntimas, para llegar al fortísimo, aún en menor, con una derivación en sorprendentes modulaciones, que dan al tema deliciosa policromía y al fin, un coral armonioso y lleno bien contrapunteado, pues todas las voces “cantan” y el colofón imponente: ¡¡Arre buey!! Como desarrollo, como inspiración caudalosa y cordial es algo muy de primer orden».
Es larga la cita, pero creo que merece la pena.
Ramón Cubillas
Me gustaría conocer cómo eran las Navidades en el Seminario de Comillas. Mi primer curso en Comillas fue en 1962, cuando ya pasabamos las vacaciones de Navidad con nuestras familias.
ResponderEliminarSupongo que en años anteriores, cuando se pasaban las vacaciones en Comillas, se suprimirían las clases y habría actos festivos y de ocio. ¿Cuáles eran?. Si alguno de vosotros se anima y lo cuenta, le estaré muy agradecido.
Que paseis todos una buena Navidad, y mucha salud y buena vida para 2013. Son deseos de Arcadio.
ARCADIO FERNANDEZ
Navidad 51 (I)
ResponderEliminarBueno, Arcadio, naturalmente no puedo dar respuesta por experiencia personal, pero, a la espera de que alguien se anime a ofrecer –y con el deseo de que sirva esto como acicate– sus vivencias navideñas de primera mano, aquí te transcribo lo que un tal R. Cabre R., teólogo, publicaba allá por febrero de 1952 en la Unión Fraternal.
«Las navidades empezaron como tenían que empezar, como las queremos nosotros: con ajetreo de mesas que desaparecen de las clases y quedan arrinconadas para unos días; con entusiasmo en los artistas para embellecer “los hogares”; con sonrisas de ambientación navideña en todas partes. No faltaron voluntarios para traer pinos, ladrillos, musgo… construir el belén, barrer los locales, etc.
Llegó la hora de la cena, la tradicional cena navideña, que, por hallarse este año presidida por el Padre Prefecto, ganó a las anteriores en intimidad y en alegría. Las mesas del refectorio perdieron su orden rectilíneo, casi diría marcial, para pasar a ser cada una, individualidad colectiva, una célula de la gran familia. Las ilustraciones de las paredes impedían que nos olvidásemos, siquiera un momento, del misterio. Durante la cena hubo chistes muy selectos, villancicos, poesías. Terminó y nos recogimos en silencio hasta la hora de Maitines. Luego, ‘laetentur coeli et exultet terra ante faciem Dni., quoniam venit’: a medida que iba avanzando la salmodia, parecía como si nos diéramos cuenta de que se iba acercando el Niño. La ‘Misa del gallo’ revistió este año una solemnidad extraordinaria: la presencia entre nosotros de Mons. Melendro, Arzobispo de Anking, nos proporcionó el lujo de un pontifical en toda regla.
Durante la Misa pensaría en sus súbditos chinos, en sus héroes los chinos. La ‘Schola’ interpretó la Misa Eucarística de Perosi con los tradicionales villancicos, más algunos nuevos de este año, uno de ellos del P. Prieto, dechado de sensibilidad y finura de espíritu. Después de la Misa, estreno de los hogares: el belén, el árbol de Noel, las lámparas, los gráficos de las paredes, el ambiente de nochebuena, y nosotros con nuestros villancicos. Esta fue la primera página, un esbozo de lo que serían nuestras vacaciones. Entre paréntesis y aunque sea revelar un secreto, no quiero pasar por alto algunos detalles de la Misa del gallo del hospital: el P. Nieto ¡escándalo! junto con unos cuantos, los más comodones del grupo, bajaron en coche desde la Universidad hasta la puerta misma del hospital (fue un obsequio del General Díaz). Durante la Misa hubo villancicos con pandereta y todo, y al final una juerguecilla de viejos y jóvenes con cantos, algunos de ellos a voces mixtas, y algún otro corolario que omitimos para no excitar el apetito.
Navidad 51 (II)
ResponderEliminarLa mañana del día de Navidad fue corta, después de la Misa que fue rezada, tuvimos la clásica fusión y luego la felicitación al P. Rector. Este año nuestros aplausos fueron dirigidos también al Sr. Arzobispo, Dr. D. Federico Melendro, quien con su sencillez extraordinaria y sus perfiles misioneros, que los tiene bien patentes, ganó desde el primer momento nuestras simpatías pasando a ser como un nuevo Padre de la comunidad comillesa. El P. Rector, cosa rara, encontró todavía un nuevo sistema de rifa. Para los que no lo sepan, ésta es una característica muy notable de nuestro P. Rector, el ser especialista en rifas de caramelos; ¡no hay quien se la pegue! Por la tarde del mismo día tuvimos el primer belén, que estuvo a cargo de los Sres. Filósofos. Los belenes recobraron este año su antiguo aire patriarcal de tertulia familiar, de auténtica convivencia. Pudimos sentirnos todos unos, reunidos Padres e hijos bajo un mismo y único techo. Se improvisó un escenario en la clase de Primero de Filosofía, que, dicho sea de paso, no tenía ningún viso de improvisado, se trajeron bancos de todas partes y quedó mondo y lirondo un salón de actos, para nosotros el mejor del mundo. Era más que suficiente para toda la comunidad. Los Filósofos nos obsequiaron con dos sainetes: “Aquí nadie se entiende” y “Un remiendo fatal”. Supieron sacarles todo el jugo que tenían y quizá más del que tenían. El éxito de la jornada fue una compañía de payasos que ¡vaya si nos divirtieron! Se trataba de un “niño prodigio” y de otros que, aunque no aparecían como tales, para nosotros resultaron en grado superlativo.
Al día de S. Esteban nos dio en llamarlo el “día del pobre” y así fue en realidad. Aunque la tómbola para los pobres de Comillas llevaba cuatro días abierta y habíamos tenido incluso emisiones radiofónicas de propaganda en los comedores, quisimos dedicar un día entero a pensar en los pobres. El P. Nieto nos dio los puntos sobre el amor, que debemos profesarles; por todas las partes aparecieron carteles murales que se sumaron a los de la tómbola y nos invitaban insistentemente a preocuparnos de los hermanos que tienen hambre y frío. La afluencia a la tómbola, ya muy asidua los días anteriores, se intensificó este día. Este año resultó la tómbola muy nutrida de premios, gracias a los desvelos del P. Nieto y de las secciones de caridad: pocos salieron completamente defraudados, siempre tocaba cuando menos algún número de la rifa que se tuvo al final: con estos números podía optarse a un corte de sotana de la casa, a un neceser, una máquina fotográfica, un crucifijo grande y alguna otra cosa ya de menos importancia. Por la tarde del mismo día inauguración del cine, comienzo de la temporada con la película “Balarrasa”. Como preámbulo un No-Do y dos películas de Walt-Disney. “Balarrasa” gustó aun a aquellos que la veían por tercera o cuarta vez, y todos gozamos ante un éxito semejante del cine español.
Navidad 51 (III)
ResponderEliminarEl día siguiente, fiesta de S. Juan Evangelista, tuvimos la Primera Misa del Rdo. José Manuel Díaz: el acto revistió toda la solemnidad que exige una 1.ª Misa; el sermón estuvo a cargo del M. Rdo. P. Rector, quien puso en sus palabras todo el calor y la emoción, que le son características. La ‘Schola’, bajo la dirección obligada del P. Prieto, interpretó la misa “In honorem Sti. Laurentii” de Casimiri a 6 v. m. con el Credo de la “Jubilaris” del P. Prieto. El misacantano fue apadrinado por el ex ministro de Obras Públicas, Sr. Ladreda y su esposa. Por la tarde la familia del Misacantano: padre, madre y hermana, ofreció y sirvió ella misma con ayuda de algunos seminaristas una comida a los pobres de Comillas: fue un gesto magnífico de caridad cristiana, muy digno de un General Español. El General fue invitado después a la merienda-cena de los de cuarto de Teología: se hizo uno de tantos, y la gozó como un chiquillo participando él mismo pasiva y activamente en los piripitines. Entretanto los demás nos reunimos en el salón de actos para asistir al belén del Seminario Menor: representaron con mucho éxito “La estatua (o el monumento) de Pablo Anchoa”. En un entreacto un coro de Gallegos, para no ser menos que los de Castilla, nos endilgó un pupurri gallego fino, selecto y sobre todo muy gallego. Demostraron que para sacar un buen concierto están de sobra papeles, director y otros convencionalismos por el estilo. Los Sres. Filósofos completaron el acto con otro sainete.
‘Dís 28’, fiesta de los Stos. Inocentes. La mayor inocentada del día nos la fraguó a todos el viento por la tarde; pues nos robó definitivamente la electricidad y con ella la ilusión de ver terminada la película “Monsieur Vicent”: lo sentimos en el alma precisamente porque la teníamos toda pendiente de los gestos del Paúl. Antes de la película nos pusieron el documental del Río de Xaneiro, donde pudimos ver y admirar en plan de combate a nuestros amigos Zarra, Gainza, Basora, Ramallets… etc. Fue un espectáculo agradabilísimo para todos, como patriotas que somos.
Otra tavesura del viento consistió en irse por la casa tirando tabiques como si tal cosa. Siguió luego muy intenso durante toda la noche y el día siguiente, por lo cual nos encontramos sin luz a la hora del belén, precisamente el día en que nos tocaba a los teólogos. Esto no disminuyó en nada nuestras esperanzas de éxito; “también los griegos”, dijo uno, respresentaban sus comedias con linternas y menuda fama adquirieron”. A la luz de un petromax salieron las viejas glorias al escenario, con un lleno en el local superior al de los días precedentes. El éxito fue rotundo, aplastante. El sainete era “La voz de su amo”.
El domingo, Misa rezada. Antes de comer tuvimos, como todos los días de vacaciones, media hora de exposición del Stmo. Allí nos reuníamos todos bajo la mirada del Dios Bueno para gozar con el recuerdo de sus primeras navidades. No sólo en esa hora sino también durante el día la afluencia a la iglesia era muy numerosa. El Niño, originalmente colocado por el Hno. Corteguera junto al altar, recibía a todas horas nuestros besos y nuestras enhorabuenas.
Navidad 51 (IV)
ResponderEliminarPor la tarde función solemne en la Iglesia; y luego el cine empezó con un documental sobre la clausura del año Santo. Pudimos contemplar al Papa junto a nosotros. Los que habían ido a Roma gozaron con el recuerdo, los demás con la ilusión, y todos con el placer de sentirnos unidos al Vicario de Jesucristo y a la verdad que entraña. Luego, sesión de cine.
El día siguiente, último del año, procuramos que fuese día de recogimiento y meditación. Se cerró la tómbola ya definitivamente y por la tarde nos despedimos oficialmente del año con la acostumbrada función eucarística y Te Deum solemne.
Inauguramos el nueno año con la acostumbrada misa solemne y sermón, y para dar ejemplo de estudiosidad, reanudando las clases el día 3 de enero».
Pues hasta aquí la crónica navideña del 51. Si me encuentro con ánimo, otro día, más.
Un saludo y unas fiestas y año próximo dichosos a todos los amigos que a estas páginas se asoman.
Ramón Cubillas
Ramón, haciendo honor a tu vocación de exhumar palimpsestos, nos has hablado de la Navidad comillesa
ResponderEliminarDe mis recuerdos extraigo algo peculiar de la Misa de Nochebuena y del día 28 de Diciembre, todo ello tradicional en el Comillas de la Prehistoria.
No sólo había en La Cardosa los dos hermanos Prieto que bien conocemos, sino un Rodríguez Prieto, asturiano como ellos también, conocido como “el padre Prietín” o “el padre Chiquitín”; aquel ratoncito engafado que encontró la palestra para resarcirse ante el Universo de su absoluta pequeñez: Ser, en las sesiones litúrgicas, maestro de ceremonias.Y lo fue. En torno al altar mandaba el minijesuita; y no daba órdenes a unos cualesquiera, no: a él le obedecían los que en la Iglesia tienen la sartén por el mango. Se dio el gusto de ver, sumisos en torno a sí, a inseguros obispos y cardenales, atosigados rectores y superiores provinciales. Se recreó en cada segundo registrando la subalterna mirade de los próceres mientras les silbaba instrucciones o cuando, con sonrisa de perdonavidas, registraba el desacato a prescripciones litúrgicas.
Cuando la celebración en el "Hispano" de los cien años de Seminario(1892-1992), en presencia del Cardenal de Toledo Marcelo González y del que fuera Rector, Francisco Javier Baeza,
no podían faltar los “piripitines” de nuestras fiestas íntimas,aludiendo .
a personas presentes. Me cayó, laicizado ya y con asistencia de la mamá y de dos hijos, la tarea de componer textos y escoger el sexteto de cantores, entre ellos un arzobispo, todos de paisano. En estricta salmodia gregoriana le recordamos
a Prietín sus hazañas en esta copla, con respuesta coreada por el
público en general:
A nuncios, cardenales y obispos
daba órdenes claras con autoridad.
Los que mandan, a él le obedecían,
seguían sus órdenes sin rechistar.
Pasaron los años,
son más de cincuenta, pero él sigue igual.
¡Es un Fidel Castro ante el altar!
Dentro de sus dominios tenía el padre Chiquitín espontaneidades inverosímiles. Por Nochebuena nos sorprendió una vez, allá por el 45, con una genial improvisación para hacer más breve una ceremonia, esta vez paralitúrgica, pasada ya la media noche. Se trataba de la adoración al niño Jesús. Como el besarle los fieles los pies al muñequito encestado que portaba en sus manos el celebrante resultaba demasiado largo y toda la asamblea estaba con ganas de irse a la cama, dispuso Prietín que tanto el diácono como el subdiácono, portando cada cual su “Niño Jesús“ en su respectiva cuna, se situaran a ambos extremos del ancho del presbiterio, dejando al celebrante con su Jesusito en el centro. La larga fila se partió en tres y el besuqueo duró sólo la tercera parte. Nadie se mostró sobresaltado, al parecer, por aquel remedo sobre la tierra de la Trinidad augusta: ¡madre virgen y además con trillizos!
Vamos en breve con la segunda tradición. Todos los 28 de Diciembre, los Santos Inocentes, aprovechando el doble significado de ese título, se elegía en Comillas, por votación secreta de los seis cursos del Seminario Menor, tras discursos de tres oradores, el “papa” de Inocentes Era él uno de tres “cardenales”, escogidos de entre los más niños y más ingenuos del curso de Ínfima. Al atardecer del 28, penetraba Su Santidad Inocencio XVII en el salón de comedias entre vítores y aplausos portado en la silla gestatoria e impartiendo bendiciones; Alguien interpretaba al piano el himno pontificio. Él papa presidía el acto desde un tablado especial, pegado al escenario, sotana blanca y tiara en la cabeza, sentado en su trono, y junto a él, uno a cada lado, los dos cardenales no elegidos. Los guardias suizos con sus uniformes de tiras de colorines habían apoyado las alabardas contra la pared, y se habían sentado en actitud poco militar a los pies del pontífice, al no barruntarse peligros para Su Santidad durante la ceremonia.
José Manuel Ruiz Marcos
–––
Lejanas, borrosas navidades!
ResponderEliminarRecojo la invitación de Arcadio que me permite además utilizar el blog como generalizada tarjeta de felicitación laico-religiosa (fórmula de no herir sensibilidades) a los viejos amigos reencontrados de la Scola en estos tres años.. y a los nuevos del 60.
Uno, mas de una década enclaustrado en Comillas, conserva en mezcla descolorida, malos y buenos recuerdos, murrias y nostalgias familiares, detalles aislados, películas, teatrillos, villancicos, algo de turrón, visitas a la Capilla de San José y a la Iglesia en etapas (pocas) de fervores y misticismos, y etapas (muchas) de desmadre y gamberreo (fino y del otro). Por encima y sobre todo, bailando en el cerebro, la música de la Schola, villancicos de Prieto, sentidos solos de tiple (Eizmendi, Combarro..) el “Duermete mi niño” o los operísticos de tenor del “Belengo portalian” ... (Goiko, Bailo ¿?) o el pausado y entrañable “Ator, ator” que me remitía a las añoradas sobremesas de la alejada casa familiar.
Me reconozco en la minuciosa memoria de Ruiz Marcos y el “resucitado” Padre Chiquitín”. Igualmente, aunque mas oficial, me “suena” la carta, espigada por el incansable Ramón Cubillas de aquel “Unión Fraternal” que nos leían en el comedor entre plato y plato (y no precisamente de los de Arguiñano).
Cada uno tiene sus propios recuerdos. Los míos, desdibujados siempre, adquieren sin embargo, a partir de primero de Filosofía, la apoyatura de un diario personal con una imagen no demasiado presentable de su autor. Paso del mismo para remitirme a lo que queda en la averiada memoria; sensaciones agridulces, llantos infantiles ahogados en las sabanas de las camarillas, el “campana sobre campana” y otras piezas “de obligado cumplimiento” en ensayos generales en el estudio de la esquina del Menor, dudosas piezas teatrales con improvisaciones mas o menos graciosas pero siempre celebradas por el disciplinado personal, algún “paquete” de casa con turrón y, sobre todo, películas en proyecciones casi diarias, que alimentaban una precoz debilidad por la magia de la pantalla que hoy mantengo intacta.
Este vago recuerdo de las Navidades Comillesas es, lo he dicho, pretexto para una felicitación, nada oportuna con la que nos está cayendo, a los amigos de la Scholla (y a sus “respectives” si procede) que seguimos vivitos y coleando; entre otros… a los cercanos Juanito Gallastegi, Rafa Manero, Nacho Zurbano, Joaquín Carbajal, Agustín Rodriguez, Albistur, Socobehere, Goiko, Burguete, Mauleón,.. a Azagra, Bailo, Albarrán, Muñoz.. siempre amigos y a los “jóvenes” del 60 encabezados por el inconmensurable Alejandro y la panda de los “Tullidos de la Clínica Universitaria de Sojuela” con Lino, Alfonso Ligorio, Somalo, Paco Purón etc. y Ramón, Palacios, Anderez y Geijo, Cubillas, Arcadio..
Todo.. en el marco incomparable de la crisis que amenaza y atormenta con una larga e inquietante vida por delante a tantos y tantas, a todos.. menos a quienes siguen engordando sus carteras. ¡Y que Dios y los dioses mayas nos amparen y protejan!
Xabier
Muchas gracias Ramón por tan extensa información sobre las Navidades en el Seminario de Comillas. Es una suerte para todos nosotros tener garantizada contigo la reconstrucción de la memoria histórica comillesa, gracias a tu conocimiento de las fuentes y, sobre todo, a tu dedicación.
ResponderEliminarIgualmente, muchas gracias a JoséMa y a Javier por vuestras vivencias personales. Son sorprendentes vuestros recuerdos después de tantos años. Creo que más que la memoria son los sentimientos y las emociones los que nos hacen recordar, al clavarse en nuestras vidas como esos clavos milenarios sin cabeza .
Una vez más, mucha salud y mejor vida para todos vosotros en 2013.
ARCADIO