jueves, 7 de enero de 2010

Otra de Bartolucci

Rafael envía la referencia de un artículo sobre Bartolucci y la reforma litúrgica (está en italiano...). Anuncia también la referencia a una entrevista posteada en Youtube que, al parecer, es interesante. Cuando me de la referencia precisa lo comunicaré. De momento el artículo Bartolucci y la reforma litúrgica.
Ahora también en castellano (en la misma página) gracias a un alma caritativa llamada Gregorio Azagra.
(si algún alma caritativa e italiano-parlante quisiera traducirnos lo fundamental....)

2 comentarios:

  1. Dos sentimientos embargan mi alma con respecto a Bartolucci, dos: uno de admiración; otro de desconcierto.
    Admiro su música. Desde que Prieto, al venir de Roma para dirigir la Samana Santa, nos dio a conocer su obra ("Jesu dulcis" "Regina coeli") me entusiasmó cantar sus composiciones. Son una síntesis de altos vuelos de Gregoriano y Polifonía. En esas obras que cito y en otras que he oído toma la melodía gregoriana como un "cantus firmus" y teje entorno a ella unas maravillosas tramas contrapuntísticas. En él vive Palestrina (no imitado, sino como aliento vivificador) como en nuestro Otaño alienta el espíritu de Victoria. En otro orden de cosas, admiro también su persona y la elegancia espiritual que muestra en sus entrevistas, y su lucidez y su picardía humorística.
    Me desconcierta la idea tan pobre (¡perdón! sit venia verbo) que tiene del gregoriano en general y del gregoriano interpretado "more solesmensi" en particular. Del gregoriano, al distinguirlo de la polifonía, dice que es modal no tonal. Sine dubio. "e libero, non rimato".-Distinguo: non e rimato con el ritmo de la música figurada, concedo. Que no tenga un ritmo propio, interno, muy preciso (aun cuando se le llame ritmo libre) nego. (El ritmo gregoriano viene pautado por los "ictus", y estos, a su vez dependen de las figuras melódico-ritmicas llamadas "peumas" etc. ) Quiero decir que el gregoriano es algo tan artistico y complejo; dentro de su aparente sencillez, como lo es la polifonía. Ambos son "Arte" con mayúsculas. ¿Por qué parece que Bartolucci pretende disminuir la complejidad del gregoriano? Porque le viene bien para decir que el gregoriano es el "Canto del pueblo"
    "il gregoriano di una volta sapeva essere anche canto di popolo, cantato con forza come con forza il nostro popolo esprimeva la sua fede" Es decir que Solesmes no ha hecho más que complicar artificialmente esa manifestación "popular". Y de su forma de interpretarlo, según las normas que nos enseñaron, viene a decir que es "un sussurramento pseudomonastico e affettato" Nosotros hemos practicado ese "susurramento" y como "susurrantes" empedernidos "nos atrevemos a decir" que el gregoriano, interpretado por el pueblo, es algo casi tan pintoresco como la polifonía la interpretada por doctrinos. En algún punto de la entrevista, él que es listo y un poco socarrón, dice con respecto al texto latino cantado por el pueblo, que bueno, se les puesde perdonar a los fieles alguna blasfemia gramatical...(digo yo como la de aquel que cantaba el tantum ergo y, en lugar de decir "et antiiquum documentum novo cedat ritui", cantaba a pleno pulmón: "aquí traigo el documento, no pretenda usted huir")
    Yo me atrevería a concluir que tanto el Gregoriano como la Polifonía son Arte depurado. Que solo cuando se interpretan "bien" cumplen adecuadamente su función. Y ¿cuál es su función? Acudan aquí los expertos, liturgistas, doctores de la Santa Madre Iglesia y demás conocedores y guías del pueblo de Dios. Su misión (la del Gregoriano y la de la Polifonía) ¿es ser expresión espontánea firme (cantato con forza) de la fe del pueblo? ¿Es, interpretada por expertos, crear un ámbito apropiado para que el alma del oyente emprenda el vuelo hacia el Misterio? Subdatis distinctionibus, yo solo sé que no sé nada.

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  2. Yo ya voy aprendiendo en esto de hacer comentarios. Vistos los fallos, lo mejor es escribir fuera del blog y, una vez escrito, pasarlo copiándolo con el ratón, Si se falla, al menos no se pierde lo escrito y se puede intentar otra vez.
    Gregorio:me interesa eso del concepto reduccionista de Bartolucci respecto de la polifonía. Yo creía apreciar en él un intento de síntesis gregoriano-polifonía que me parecía brillante. Bien es verdad que distinto del de Prieto. Creo que Prieto se acerca más a la compleja "libertad" del ritmo gregoriano, con sus recitados y frecuentes cambios de compás (pienso ahora en la Lamentación, por ejemplo); pero el trabajo contrapuntístico no es tan denso como el del italiano, me parece. En cambio Bartolucci, conservando la melodía gregoriana tal cual, la "encorseta" en el ritmo de la música figurada, porque así un tejido contrapuntístico complejo y brillante como el suyo, resulta más "manejable" en su estructura y en su interpretación. Yo me di cuenta de este punto de vista al escribir las "Variaciones sobre el Ite missa est y el Victimae paschali". Si se mantiene la melodía gregoriana tal cual, hay que someterla a los ritmos de la música figurada, que no coinciden con el ritmo interno del original. En fin, todo esto es hablar por hablar. porque Bartolucci es mucho Bartolucci y Prieto es mucho Prieto, para que uno ande "pontificando" en estas materias.
    En cuanto al tono desenfadado con el que he escrito el comentario en el blog, no sé si habrá caído bien a todo el mundo. Sobre todo en esa simplificación final que dejo en el aire: gregoriano y polifonía ¿arte depurado o expresión de fe popular? Tal vez haya que concluir con una de cal y otra de arena, "haec oportet facere et illa non omittere", "de rore coeli et pinguedine taerrae", ni Santo Tomás ni Escoto, sino Suarez = via media. O algo así.
    Desde luego, hablando de estas cosas, no sé si nos damos cuenta de que partimos de una situación de privilegio: entendemos el latín. La gente no lo entiende, ni lo entendía. ¿Puede el latín en labios del pueblo ser "expresión" de fe? Si recurrimos al "ex opere operato", pues tal vez. Pero aparte del desmadre ese que contaba yo sobre el Tantum ergo, que bien puede ser un chiste, las distorsiones populares siempre han sido pintorescas. En el colegio de la Enseñanza de Tudela (me lo han contado Mari Ángeles y Mari Carmen) tenían de capellán a don José Calvo, que fue profesor mío de latín, latinista eximio desde luego. Un día que cantaban la Salve gregoriana con sus languideces y peculiaridades en la pronunciación, del tipo "eiaesum beneditum"....arrebatado por un sentimiento de cólera, detuvo el canto y les espetó "¡Et Jesum"! ¡Acusativo...!!!"

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