Para cualquiera de mi generación, que llegara a Comillas en los años 48-50, hablar de la Schola sin nombrar a Socobehere era algo impensable. "In diebus illis" no se podía concebir la Schola sin Socobehere, ni a Bernardo (Beñardo, cariñosamente, para los amigos) sin la Schola. Para nosotros fue el prototipo de "Bedel de la Schola" "ut sic". Los que vinimos tras él, procuramos imitarle ... (+)
Socobehere: un magnate de la Schola con el que conviví en Comillas, antes de hacer él tantos méritos en la Schola, Bernardo en primero de filosofía y yo en tercero, el curso 46-47 en que nos llegaron los „Manitos“ con Marcial Maciel, el cura criminal fundador de la Legión de Cristo, que iba a enganchar a su carro a ocho comilleses, la mitad condiscípulos míos.
ResponderEliminarEn mi época llamaba la atención la noble y alargada estampa de Bernardo y tuve la impresión de que lo que le interesaba era precisamente pasar desapercibido. He recogido la alusión a su hazaña de trocar, me absente, los bancos por la sillería que se ve en algunas fotos de la sala de música. Acababa uno con dolor de espalda en los desolados bancos en los ensayos largos de los jueves; y yo, en primera fila de la cuerda de bajos, tenía que apoyar, „nolens volens“ mi partitura en las espaldas del tiple que tenía delante, que me iba a pedir por la confianza que le diera en exclusiva „el DO de cerdo“.
Somos los dos nacidos en 1926, pero Bernardo es dos meses más joven que yo, así que sigo ostentando sin competidores mi precara decanía en la lista de adheridos.
José Manuel Ruiz Marcos