domingo, 21 de noviembre de 2010

147 voces cantando el centenario de la Schola

Unos minutos de ensayo para el Cantantibus, sobre todo para coordinar con el órgano (José Luis Palacios con la ayuda de Esther) y otros pocos minutos dedicados al Adiós. Aquí vemos a Natxo al frente de la "federación":
30 voces del coro Fernando Remacha de Tudela, 31 del coro Clásico de Vigo, 37 del Castillo y Encinas de Segura de León, 22 del coro Tomás Luis de Victoria de Santander, 12 del coro Divertimento de Logroño y 14 de la Schola.
Entusiasmo a raudales, cariño, nostalgias y buen sonido (algunas piezas notablemente buenas). Las obras participadas, un bien alto. Prieto se habría sentido a gusto con nuestro Cantantibus y "su" Adiós.
Algunos comilleses, largamente esperados (Iñaki Albistur, Ignacio Dominguez.... al borde de las lágrimas). Hasta el tiempo respetó las previsiones: algunos momentos soleados (lo que llegaron pronto pudieron disfrutar de un paisaje de lujo) por la mañana y lluvia, incómoda lluvia, en la tarde-noche.
De público, no hubo lleno pero casi. No dedicamos suficiente esfuerzo a la tarea de difusión. Lo siento por los que se perdieron este acontecimiento.
La cena, mucho mejor de lo temido. De auténtica gala y primorosamente servida.
La sobremesa de lujo, con el romance de ciego de Agustín, y la "marcha" de los extremeños y los riojanos...
Será inevitable repetir el próximo año.

Ver videos del Cantantibus y del Adiós (grabación Cristina) >>

8 comentarios:

  1. Este medio se me rebela. Acabo de escribir un comentario y compruebo que ha desaparecido sin dejar rastro. En síntesis, darte la enhorabuena por cómo se ha desarrollado todo: ensayo, concierto, cena convivencia,alojamiento. Te decía que tardé mucho en dormirme, traído y llevado por la vivencia inmediata de tantas emociones. A eso de las cuatro de la mañana, todavía el sonido del mar y la luz de la bocana del puerto, frente al magnífico ventanal de la habitación aún me tenían encandilado. Momentos inolvidables. Enhorabuena de nuevo, Alejandro. Rafael.

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  2. No quiero dejar que pase el día sin transmitirte mis felicitaciones públicamente, Alejandro. Tus trabajos y desvelos han tenido una hermosa recompensa en este concierto de santa Cecilia que no olvidaremos ninguno de quienes, vinculados de alguna manera u otra con la Schola, allí estuvimos.
    Por ello, junto con mi enhorabuena vaya también mi agradecimiento.
    Aprovecho, Manero, para expresarte, también ante el público que a estas páginas se asoma, que ha sido un placer conocerte personalmente. Una cosa más. Como mis juicios en materia de música no tienen ningún valor, no te digo más que disfruté con tu Jesu...
    Ramón Cubillas

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  3. Yo también he quedado satisfecho de cómo salió todo. Hay aspectos que pueden, y deben, mejorar en próxima ediciones. Sin embargo, el conjunto se salva con buena nota.
    Tengo que escribir una crónica extensa para contaros un montón de detalles estupendos que quizá han pasado desapercibidos para algunos. Especialmente para los que no pudieron estar con nostros. Y aprovecho para invitaros a enviar vuestros comentarios. Eso sí, sin citarme expresamente, que me da un poco de corte. Y sin olvidar los "defectui" (ya explicará Lino el significado de esta expresión). Además, quiero señalar que mi papel de organización es, únicamente, la imagen visible de un montón de amigos y amigas que han trabajado para que este encuentro haya sido posible: Cristina, Rafael, Maite, Chema, Alicia, Juan, José Luis, Joaquín, Natxo, Andrés, Luz, Mar, Enrique, Pedro ...

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  4. Nosotros, Esther y yo, pasamos también un día delicioso. ¡Enhorabuena a Cristina por la calidad de los videos que ha colgado! En cuanto a lo del "defectui" eso lo cuenta mi hermano Juan con mucha gracia. De pequeñitos éramos monaguillos en la iglesia de Palacio en Logroño y teníamos una mujer que se encargaba de enseñarnos las cosas más elementales para el desempeño adecuado de nuestro "oficio"; era la Pili y nos juntaba a todos en la capilla del Cristo y así aprendíamos las canciones por ósmosis, siguiéndola a ella. Para facilitarnos la tarea, supongo, o tal vez porque a ella así le sonaba, cantaba el "tantum ergo" de la siguiente forma: "Tanto negro sacramento, veneremos a San Luis, y el antiguo documento no proceda destruir, préstame ese suplemento sin ningún defectui". A mí ese "defectui" me dejaba siempre "mosca" porque me parecía un poco forzado y cuando en el seminario descubrí la vresión original empecé a dudar de la Pili, de todo lo que nos enseñó y hasta del queso americano que nos daba cuando nos portábamos bien. Bueno, brevemente esta es la historia del "defectui".

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  5. Como supondréis, oí con grandes expectaciones la grabación del Cantantibus y del Adiós. Encontré el ritmo muy acelerado, muy igual, me resultaba desconocido, le faltaba dominio de la situación y me faltaban matizaciones. (Aquel ritardando triunfal de Prieto cuando el coro entero repetía, esta vez en pleno,llenando los espacios, descansadamente, a voces mixtas perfectamente acordadas, al unísono del texto: CANTANTIBUS ORGANIS... o el pianissimo del O BEATA CAECILIA..).Compadecí a los directores de estas dos piezas. Son los héroes de la velada, haciéndose el jarakiri. Tengo alguna experiencie de director de coro del Seminario en Santo Domingo, allá por 1950 al 52, (cuando aún se llamaba”Ciudad Trujillo”),era lo más parecido a nuestra Schola con 130 voces mixtas. Creo que es imposible dirigir, tras uno o dos ensayos, un conjunto tal de cantores que no se conocen ni conocen los ticks, ls iras y los placeres del Director. Cuando se dice en el informe que entre los 147 había “14 de la Schola” eso no es la verdad. A esos otros 14 héroes, con el solo denominador común de la nostalgia y haber sido algún día de la Schola Camtorum de Comillas, no se les puede llamar a boca llena “la Schola” ahora, en el 2010, ni compararlos, en igualdad “participativa” (números contra números), con los participantes en otros coros, que seguramente se lucieron de veras, cada cual con su director, con su repertorio y “entre amigos”. Me hubiera gustado verles la cara a los dos directores del Cantantibus y del Adiós. Lamenté no ver de ellos sino las espaldas, que revelaban un intenso esfuerzo, casi violencia, con arrestos de acrobacia, por llegar ellos a la masa, por alcanzarla, como si se dieran cuenta de que allí no imperaba aún, ni podía imperar, el que todo fuera al revés, que cada uno de los cantores estuviera colgado del director, permitiéndole así descuidarse, sentir él las piezas, matizar libremente, mezclar crescendos y ritardandos según el propio sentimiento y entregándose confiado a la propia sensibilidad, seguros de la retaguardia.Tanto a los directores comio a los cantores les faltaba seguridad, hasta para la puntualidad a las órdenes de entrada.
    No me hagáis demasiado caso. Pero opino que esta forma de “resurrección” de nuestra Schola no puede ser la adecuada. Espero con ganas las grabaciones de los coros que intervinieron y me imagino ya que podré cantar sus loores a boca llena..
    José Manuel Ruiz Marcos

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  6. ¡Qué comentario tan estimulante, Joséma!

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  7. Muchas gracias a Alejandro y sus colaboradores por la organización del gratificante Concierto;fue un excelente homenaje al centenario de la Schola.
    Especial agradecimiento a los cuatro Directores y componentes de los Coros, por sus interpretaciones y, también, por las molestias de desplazamientos tan largos en fin de semana.
    Un abrazo para todos, Arcadio Fernández.

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  8. Con el compañero Rumarcos, espero que amigo, hasta podríamos estar de acuerdo con su crítica aséptica, volcada exclusivamente en el balance de un concierto al uso. Este no lo era. En absoluto. Tres autobuses viajando siete horas desde Vigo, Extremadura y Tudela, de noche, bajo la lluvia, son la mejor imagen de una peregrina marcha laica de cantores que les llevaba a ofrendar su mejor homenaje con mayúsculas a la Música y a nuestra vieja Scola. Se trataba de eso. Y para alguno de nosotros, reencontrar el paisaje musical (mejor o peor ejecutado) en el que se nos inoculó una de las grandes pasiones que tiene la vida; la música
    No se trataba pues de "resurrección" alguna de la Scholla. Conste
    que este Santa Cecilia 2010 ha sido bastante mas que un voluntarista ejercicio de nostalgia. La música comillesa ha estado presente de la única manera en la que podía hacerlo; con los pentagramas vivos de Prieto y Otaño y la presencia simbólica de trece valientes, comandados por el animoso ochentañero Ignacio (Nacho) Dominguez.
    Solamente por eso merecía la pena, Alejandro, haberse embarcado en esta quijotesca aventura. Gracias pues, de todo corazón
    Xabier

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