Querría dar cuenta de un montón de llamadas. Todas cargadas de elogios, de cariño... Dejadme que mencione al menos algunas. La primera la de Bernardo ("Beñardo") Socobehere, nada más llegar a casa de regreso, para bendecir todo lo que había vivido con nosotros. Su presencia iluminó el encuentro ya antes de llegar a Comillas. Le veo subiendo la Cardosa, hacia su "casa", casi 60 años después, con una expresión de felicidad. ..
Y la última, hace unos minutos, de Laureano Lopez Combarros, llena también de bendiciones. Jo! Qué gente tenemos alrededor! Ha sido un trabajo duro pero, francamente, merece la pena.
miércoles, 18 de agosto de 2010
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