viernes, 14 de octubre de 2011
Homenaje T. L. Victoria, entre bambalinas.
En la publicación de un trabajo de cierto fondo como es éste, en homenaje a Victoria, se mueven cantidad de gestos que no aparecen en público. Gestos que, en ocasiones son tan interesantes como la publicación propiamente dicha. Más aún, son la esencia de la publicación. Aquí se han movido un montón de contactos a través del teléfono y el correo electrónico, participando en ellos: Rafael Manero, Lino Uruñuela, Natxo Zurbano, Bernardo Socobehere, Arcadio Fernández, JoséMa Ruiz Marcos, Ramón Cubillas, Alejandro Rivas y alguno más. Muchos componentes que aquí aparecen como obvios, han salido a la luz tras unas cuantas vueltas. Qué obras y qué intérpretes elegir para ejemplificar los dos estilos de intepretar a Victoria; qué autores que han escrito sobre el tema; qué ejemplar de la famosa "Antología polifónica" elegir para ilustrar este trabajo y hasta cuestiones tan prácticas como la calidad de los documentos escaneados para conseguir una adecuada relación entre calidad visual y facilidad de acceso. De todo ello vamos a ir dando cuenta, publicando las cartas y los documentos que hemos cruzado entre nosotros. Vaya, de entrada, uno que me ha costado un tirón de orejas: El Prólogo con que presenta Prieto la "Antología", figura en las primeras páginas del primer bloque de partituras y, alguno de sus párrafos, aparecen citado en el artículo de Rafael Manero. Mas... muchos, yo entre ellos, no lo hemos leído detenidamente. Cuando le preguntaba, solidario con la consulta de JoséMa, por el posible origen alemán de la inspiración expresiva de Prieto, me respondía Manero: "Realmente no sé si lo único "legible" del Libro Negro que es el Prólogo lo hemos leído con atención. Allí dice Prieto cuáles han sido sus fuentes". Elegante y discreto tirón de orejas. Sí señor. Pues ahí va el Prólogo de Prieto, en versión de lujo, para que todo el mundo se lo lea detenidamente ( >> )
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Gracias por la atención a mi demanda. He leido el Prólogo de Prieto en el que dejáis que el Maestro personalísimamente me responda. Infiero que la partitura que yo tuve entre manos, primero como contralto y luego como bajo era obra de Fran Xaver Haberl, en latín y alemán, “para canto y oración,” como titula el autor a su “Officium hebdomadae sanctae et octavae paschae / Die Feier der heiligen Char- und Osterwoche. Lateinisch und deutsch für Gebet und Gesang.
ResponderEliminarLo editó Pustet en Regensburg, en 1887. Cinco años antes de la fundación de nuestro Seminario...Su autor, sacerdote bávaro, fue especialista no sólo en Victoria, sino en las obras de Palestrina, Orlando di Lasso, Liszt y Lorenzo Perosi y fundador de una Escuela musical en Regensburgo.
En tono muy oscuro aparece curiosamente en los archivos la portada de esta obra Tal vez inspirando el negro de la edición de Prieto, medio siglo después?
José Manuel Ruiz Marcos
Me alegro mucho, JoséMa,de que el Prólogo de Prieto te haya aclarado la cuestión.Ahora sería muy interesante (y eso lo podrías hacer tú muy bien) comparar ambas ediciones, la de Haberl y la del Libro Negro, para ver en qué consistió la labor personal de Prieto en la versión interpretativa, por lo menos de las obras que cantaba la Schola en Semana Santa, capítulo importantisimo sin duda. Anímate. Un saludo. Rafael
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