Hace algún tiempo Arcadio Fernández había enviado, para publicar en el blog, una reseña sobre el entierro del Marqués de Comillas en 1925. Lo había encontrado en la biblioteca de Comillas pero había olvidado tomar la referencia exacta de la publicacción. Ahora, con toda la información pertinente y aprovechando la fecha del aniversario, lo ponemos a vuestra disposición.
"Te reenvío el correo de noviembre con la fuente de donde tomé nota del acontecimiento del entierro del Marqués, por si fuera de interés para el blog.La fuente de donde tomé nota del acontecimiento fue el libro del P. Camilo María Abad S. J. "El Seminario Pontificio de Comillas" de la Editorial Tipografía Católica de Madrid, año 1928.
Saludos. Arcadio."
La pasada semana leí en la biblioteca de Comillas un hermoso pasaje sobre la muerte del Marqués de Comillas. Se me ha ocurrido que podrías poner en el blog el siguiente resumen, sobre todo por ir poniendo las piezas musicales que la Schola interpretaba en las distintas épocas. Gracias a lo que se va publicando en el blog estoy disfrutando de música que no había oído nunca.
LA SCHOLA EN EL ENTIERRO DEL MARQUÉS DE COMILLAS
Don Claudio López, segundo marqués de Comillas, falleció en Madrid el 18 de abril de 1925. Amortajado con el hábito de jesuita, delante de su cadáver acudieron a llorar cuanto de grande había en la corte: los Reyes, los Prelados, los políticos y la nobleza.
Llegó su cadáver en tren a Torrelavega a las siete de la mañana. En Cóbreces los monjes trapenses y las educandas del colegio de las Hermanas de San Vicente rezaron un responso ante el difunto marqués. En la iglesia parroquial de Comillas se ofició una misa, interpretando la Schola Cantorum de la Universidad Pontificia las siguientes piezas musicales:
-Misa de requiem a tres voces de PEROSI >>
-Ofertorio de GOICOECHEA
-Sanctus, Benedictus y Agnus de PRIETO
A continuación recibe sepultura en la Capilla Panteón de su Palacio de Comillas.
El 30 de abril se celebran los funerales por el marqués en las minas de Ujo, donde el capellán de Hullera Española, el comillés D. Eduardo Fernández de Cabo, comienza el sermón: "En esta hermosa iglesia (la de Bustiello) que tiene más de Catedral que de capilla...."
martes, 19 de abril de 2011
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Hola Arcadio: tu interesante aportacion con la reseña de la Schola en el entierro del Marques de Comillas ha removido ese magma de confusos recuerdos que uno guarda de sus primeros años en Comillas. No porque yo estuviera presente en aquel solemnísimo entierro, claro está (faltaban aún diez años para que yo naciera) sino por lo que refieres sobre lo que cantó la Schola en aquella ocasión. Resulta que en el año 49, o cosa así, murió un miembro de la familia del Conde de Güell, heredero del Marquesado. El Coro reducio actuó en el Panteón y probablemente se interpretó el mismo programa. Lo que más recuerdo de él fue el Ofertorio de la Misa de Requiem de Goicoechea. El solo del "sed Signifer Sanctus Michael..." lo cantó Miguel Eizmedi. Una maravillosa voz para un maravilloso ofertorio. Un cordial saludo. Rafael
ResponderEliminarEn algún sitio, no recuerdo dónde, leí que en el funeral por el Marqués la Schola cantó por primera vez el "Libera me" de Cassimiri. Esta es una pieza que me sobrecogía cuando la cantábamos siendo niños en Comillas, probablemente porque siempre iba ligada a la muerte de algún profesor o hermano que conocíamos bien. Era nuestra primera vivencia de la muerte en un ser cercano.
ResponderEliminarAmigo Lino, yo también guardo un recuerdo similar. Me estremecía cantar esa pieza tan dramática y sentirme unido a la masa coral. Sin embargo no recuerdo esa sensación asociada a ninguna muerte: era la música, la polifonía, la que me fundía con el sentido profundo de esos textos que apenas comprendía: "quando coeli movendi sunt et terra..."
ResponderEliminarHace tiempo que busco una interpretación coral de esa pieza, sin éxito por el momento
A propósito de los recuerdos que me ha suscitado Arcadio con su crónica del entierro del Marqués, tengo dos o tres acontecimientos fúnebres (entierros de primerísima clase) que no sé en qué año situarlos ni quienes fueron los difuntos protagonistas. El primero debió de ser en el año 49 o en el 50. Algún miembro de la familia Güell debió morir, porque en la foto (que he enviado a Alejandro) en la que estamos retratados todos los que acudimos en Peregrinación a Roma el año 50 (Año Santo), todos los miembros de la familia del Conde llevan luto (brazaletes y corbata negra) El otro entierro, años después, debió de ser el del Conde. Yo creo que en ambas ocasiones se cantó lo mismo en el Panteón...Cuestiones que propongo a tu incansable espíritu investigador. Estoy seguro de que ajustarás el objetivo de tu cámara y nos darás unos espléndidos primeros planos de semejantes aconteciminetos. Un cordial saludo. Rafael.
ResponderEliminar20 de abril de 2011 11:28
Amigo Rafael, en este apartado de comentarios no se puede colocar la foto, así que haré una nueva entrada en la que aparezca esa foto tan especial como ilustración al comentario que me acabas de enviar. Vamos a esperar a mañana para no restar protagonismo al trabajo que acabo de publicar con las greguerías de Gómez de la Serna
ResponderEliminar20 de abril de 2011 22:49
Manero, por lo que he podido encontrar por ahí, husmeando un poco, al margen de esa primera intervención del reducido sobre los años 1949 o 1950 de la que recuerdas el ofertorio de la misa de Réquiem de Goicoechea, hay cuatro ocasiones notables en que intervino bien la Schola, bien el reducido, y que hacen al caso.
ResponderEliminarLa primera de ellas, cuando en 1953, el domingo 19 de abril, son trasladados los restos del segundo marqués de Comillas a la iglesia pública de la Universidad. En este acto se cantó el “Libera me” de Casimiri. Todo esto lo puedes leer en esta página: http://www.filosofia.org/ave/001/a174.htm.
La segunda, en el entierro del teniente legionario paracaidista Antonio Ortiz de Zárate, que había muerto tiroteado en Ifni el 26 de noviembre, allá por diciembre de 1957. Lo puedes leer en la página 16 del documento “Prensa. Años 1950-59”, que se encuentra en la página “Archivo histórico” de la web de la Asociación.
La tercera ocasión fue la del entierro del conde de Ruiseñada, que había fallecido en Tours, en abril del 58. En las páginas 19 y 20 del mismo documento puedes leer la crónica y ver una foto del acto. Los funerales se oficiaron en la Universidad y después se trasladaron los restos al palacio de Sobrellano.
La cuarta, un año después, en el aniversario de la muerte del conde de Ruiseñada. Entonces se interpretó a Goicoechea y Casimiri. Esto, en el mismo documento, pág. 21.
Ese otro entierro “de primerísimo clase”, y primero que recuerdas, deberá esperar algo. Trataré de encontrar algo.
Saludos,
Ramón Cubillas
20 de abril de 2011 22:51
Buena memoria, Manero. Según leo en La Vanguardia (21 de febrero de 1950, pág. 12), el día 19 había muerto en San Sebastián doña Virginia de Churruca y Dotres, condesa de Güell, marquesa de Comillas, etc., esposa del conde de Güell, marqués de Comillas. La iban a enterrar en el panteón familiar de Comillas el día 22. De lo mismo informa también el ABC del mismo día.
ResponderEliminarImagino que sería este el entierro del que tienes recuerdo haber tenido lugar en torno a 1950. Y lo siento, pero no hay “primeros planos”, al menos por ahora.
Ramón Cubillas
21 de abril de 2011 00:07
No sabes, Ramón,las satisfacciones que me has proporcionado con tus investigacione. Uno guarda de ciertos acontecimientos como un aura que no se deja atrapar. Quedan vagando por la memoria luces, sonidos, incluso perfumes. Uno se ve, con roquete y esclavina, absorto y desazonado ante las esculturas de Llimona del Panteón. Casi sin atreverse a mirar aquellas túnicas que transparentaban la belleza juvenil de los cuerpos y la desolación causada por la muerte. Y vuelve a sentir aquella impalpable huella de tristeza que dejaban flotando en el aire las músicas, las ceremonias de oro y negro, los interminables ratos de vela de los grupos de seminaristas ante el lujoso túmulo, en el salón del palacio, dejando perderse la mirada, entre el aburrimiento y el asombro, por las pinturas del friso alto. Y aquel pulular de roquetes y sotanas por la cuesta de la Cardosa, como procesión de hormiguitas dolientes, mientras el doblar de las campanas encogía un poco el corazón. En fin, todo aquello, tan deshilachado y confuso, se pone en orden y adquiere consistencia de hacho histórico, con fechas y nombres, gracias a tus escritos, Ramón. Así es que ¡muchas gracias, Ramón!.
ResponderEliminarRafael
21 de abril de 2011 10:47
Prodigiosa la memoria de Rafa Manero y su maestría en la evocación del “aura” en el traslado de los restos del “Marqués” del panteón a la Iglesia del Seminario, cuadro no por vagaroso, menos vivo de aquel lejano Comillas de los cincuenta. Yo también estaba allí pero mi memoria no tiene nada que ver con la de Rafa. Apenas tengo recuerdos. En cambio conservo unos cuadernillos donde apuntaba incidencias día a día en los que a pesar de su ligereza y superficialidad me sirven para reconstituir episodios puntuales. Aquí está lo que he encontrado de esta efeméride;
ResponderEliminar“Dia 19 de abril de 1953. Misa a las nueve. Oficia el obispo de Santander, Eguino. Hay tambien otros obispos; Lauzurica de Oviedo, Eduardo Martinez de Zamora, Ibáñez de Jaca, Fidel Garcia de Calahorra y el Cardenal Prenuncio Cicognani.
A las once, bajada hacia el panteón de los marqueses. Con Alonso Valero y Obdulio, nos movemos alrededor del Capricho y el Palacio. Solo entramos un momento en el vestíbulo que está lleno de gente. No se pueden ver los restos del Marqués pero dicen que algunos han podido distinguir, al abrir la caja, una especie de cosa negra descompuesta y que se sacaron dos litros de agua del ataud. Esperamos casi dos horas. A la una nos ponemos otra vez en marcha de procesión hacia el seminario. En la Iglesia tras el impresionante “Libera me” de Casimiri que canta la Schola en el coro, se monta un lío tremendo con la caja que no entra en el sepulcro hasta el punto que entre martillazos y crujidos tienen que rizar y devastar la caja. Vamos a comer muy tarde, a las tres y media.
A las cinco y media se celebra el acto en el Paraninfo en honor del Marqués. Filos (sic) desarrolla el tema “El fundador del seminario”. Valbuena hace una semblanza de la vida del Marqués. Luego interviene el Padre Gallejones (¿). Los retóricos mejor, con dos poesías, muy buena la de Zurbano, con el cuadro de Sotomayor del Marqués como pretexto, y la otra de Dueñas declamada “more Penagos”. Palabras finales del Rector. Lo mejor, la Scola con la Coral de Bach “Descansa en paz” y el imponente “Coro de Peregrinos” de Tanhauser de Wagner con un solo magnífico de Bailo.
El día ha terminado redondo. En la cena anuncia Navarro (el bedel) entre el barullo consiguiente que el Nuncio ha concedido cinco días de vacaciones ¡Qué bruto! .”
Lo de la apertura de la caja tenía su miga. Tantos años en los recreos del Seminario Menor recibiendo la chapa del Padre Regatillo (postulador de la Causa de beatificación de don Claudio) habían llegado a calar en muchos que esperaban la “apertura” para gozar del milagro definitivo del cuerpo incorrupto del Santo Marqués. No fue así y el olor de santidad se transformó de golpe y porrrazo en contundente esencia de metanol podrido. La desolación de Regatillo y fans del Fundador debió de ser gloriosa.
Xavier S. Erauskin
25 de abril de 2011 01:47
Ah! Me olvidaba. El año 1985 se jugó el “partido de vuelta” de la gran efeméride que ha recordado con exquisito tono evocador Manero. Los restos del Marques descendían, ahora en estricta clandestinidad, hasta el panteón de Sobrellano del que había sido arrancado treinta años antes. Cerraba así su destierro en el que tan a regañadientes había entrado con chirriante disconformidad al instalarse en el nuevo sepulcro de la Iglesia del seminario en una mañana de abril de 1953.
ResponderEliminarEl incansable y hasta pesadito Postulador de la Causa de Beatificación del Santo Marqués era el Padre Regatillo. Entrañable en el trato, alimentaba la revista “Sal Térrae” donde destripaba ingeniosamente los mas absurdos casos de moral (“latino sermone” los del Sexto-Sexo) con una perspicacia digna del mejor Conan Doyle.. Por otra parte mantenía abierto en la trasera de la Iglesia, a la noche, un solicitado confesionario de mucha clientela. Condonaba generosamente poluciones nocturnas o diurnas de pertinaces pecadores por la módica calderilla de algunos padrenuestros o, todo lo mas, con el plus de algunos rosarios completos.. ¡Era un santo! pero un santo empeñado en santificar igualmente a un marqués que se negaba a brindarle algún milagro que facilitase su noble empeño de Postulador. Aparecieron brumas y hasta nubarrones en el currículum del beatisimus prócer. Murió el Padre Regatillo y se empantanó el proceso.. hasta hoy.
De los rocambolescos episodios de la Causa y sobre todo de la azarosa y rica aventura humana y “divina” del Marqués hay una magnífica biografía, del doctor en Ciencias políticas y Sociología, Enrique Faes, publicada el año pasado. Subraya la importancia de su figura no solo empresarial sino también política, referencia capital de un estilo de catolicismo conservador y militante en el contexto histórico español de las primeras décadas del siglo XX. Por cierto que también se hace eco del traslado de los restos del Marqués del año 53. Enrique Faes desentraña con agudeza el sentido y trasfondo de aquel episodio, aludiendo de pasada al estado de los restos y al frustrado rumor de la incorruptibilidad del cuerpo.
Xabier S. Erauskin
25 de abril de 2011 02:04
Yo creo que Arcadio se merece un premio especial por su "post". No ha habido "post" en la historia de nuestro blog que haya suscitado tantas "a-postillas" como el tuyo, Arcadio. Las dos últimas intervenciones de Erauskin, inefables. Ese "partido de vuelta" al panteón es una auténtica meditación sobre las vanidades, incluso las espirituales. No cabe duda de que "sic transit gloria mundi". Rafael Manero.
ResponderEliminar"Mi" marqués de Comillas (I)
ResponderEliminarHabéis hablado tanto de él en estos días, me parece imposible no decir algo...El pronombre posesivo del titular de este retazo quiere expresar mi dependencia total del segundo Marqués. Murió en 1925, un año antes de yo nacer, pero dejó “atado y bien atado”, al milímetro, lo que iba a ser mi vida, el total de mis senderos, los escenarios de mis primeros veinte años. Don Claudio le había comprado nada menos que 35 minas en la región de Aller a una empresa cántabra en apuros económicos e hizo de Ujo, mi pueblo natal, la sede de su actividad financiera y el escenario de sus convicciones religiosas y políticas en la cuenca de Aller A todos lo poblados en torno de los yacimientos de carbón los dotó de dos colegios, uno para niños y otro para niñas, con estricta separación de sexos, y les puso al frente a los Hermanos de las Escuelas Cristianas y a las Hermanas Dominicas de la Anunciata. Religiosos y religiosas, a más de varios capellanes al servicio de esos centros en cada poblado, eran empleados de la Sociedad Hullera Española (SHE) , con sueldo mensual y los conocidos gratis de “casa, carbón y luz”. Lo mismo que mi padre.
Era don Claudio el hijo de un negrero, porque Antonio, el primer Marqués, dejó por los 1850 la tienda de géneros textiles en La Habana, inició el gran capital con la trata de negros entre Santiago y la capital y lo redondeó casándose con una rica barcelonesa, Luisa Brú Lassús;es precisamente su cuñado Francisco Brú (cfr. Martín Rodrigo y Aldarilla, “Los Marqueses de Comillas”pág 20 y siguientes) quien nos revela ese pasado tenebroso del que nunca se habló en La Cardosa. Ni siquiera el papa León Trece, el de la encíclica social “Rerum novarum” pareció haber tenido noticia de la primera fase del capital con el que fue construido nuestro Seminario, bien pronto regalado al papa, al león con las inverosímilas “trece” garras que campeaba a la entrada de la escalinata principal, subiendo al Paraninfo.
Al “atado y bien atado” del marqués le debo la mejor escuela primaria en un pueblo de Asturias y una formación religiosa de la estrecha observancia, con los rigores y contundencias del Catecismo de Astete. El cura ecónomo de mi pueblo, Segundo García Méndez, futuro Arzobispo de Oviedo y luego de Burgos, había estudiado Cánones en Comillas y dirigió mis pasos hacia La Casona. Entre él y el Padre Lucio Rodrigo consiguieron que la marquesa viuda de Lamadrid. Mercedes Sert, se aviniera a pagarme la pensión ordinaria de mil pesetas al mes, en 1938. Ella me aceptó casi filialmente y yo le correspondí. Soy pues un ahijado de “mi” nobleza cántabra y les conservo indelebles mi gratitud de niño y mis reservas de adulto. Ellos me montaron rumbo al privilegio.
(continúa en el comentario II) del mismo autor
"Mi" marqués de Comillas (II)
ResponderEliminar¿Podríase decir que soy, por gracia o desgracia, el más comillés de los comilleses? Comillés de nacimiento, ¿habrá otro en la lista?. Porque, antes de nacer, ya el Marqués había trazado minuciosamente todos los pasos de mi vida en su feudo de Ujo, para que me fueran inculcados los valores religiosos y convicciones políticas de la estricta derecha, que acabarían en Comillas y para más rigor, precisamente en el de guerra y posguerra, ambas de exterminio, de lo que en estos días figura en los recuerdos de prensa que exhuma Ramón Google, perdón, Cubillas... que muestran qué intenso caló en nuestros educadores y nos lo misionaron a nosotros el título de “nuestra Cruzada” para la guerra y la posguerra de exterminio (ca.150.000 ejecutados entre 1939 y 1951) del General Franco.
He querido decir esto porque me han llamado la atención, como si viviéramos en un planeta distinto... los comentarios, siempre inmunes, en el blog sobre el viaje de la Schola a Roma, mimados de la nobleza cántabra, a la que se rinde pleitesía...y el de Arcadio Fernández retratando el entierro del segundo Marqués. Y queriendo recordarnos, por si acaso, cuál es nuestro bando, el de los poderosos. La cita iría a quedar sin comentarios, a pesar de nuestras madureces:
”Amortajado con el hábito de jesuita, delante de su cadáver acudieron a llorar cuanto de grande había en la corte: los Reyes, los Prelados, los políticos y la nobleza”.
Tal vez no haga más Arcadio que citar al P.Camilo María Abad, con el que conviví en Comillas mis nueve años, uno de los voceros de la “Cruzada”.
José Manuel Ruiz Marcos
I
ResponderEliminarTe encuentro, querido Josema, casi bien informado y algo resentido, pero esto no es cosa nueva. Sigues en tu línea, como cuando hablabas de “la floja y falaz formación religiosa” que te dieron en Comillas. Me parece que esos valores religiosos y las convicciones políticas de que hablas o no supieron inculcártelos adecuadamente, o te has vuelto contra ellos, pues, a la vuelta de los años, vienes, nuevamente, a lanzar piedras sobre el tejado que te cobijó.
Pretendes que quienes participan en el blog lo hagan con la misma acrimonia con que tú lo haces. Me parece que estaba mejor todo cuando hablabas de Cachafeiro y no ahora, cuando te echas por la calle del medio lanzando dicterios e improperio contra todo, contra todos. ¿Planeta distinto? El tuyo, ése en el que te sitúas y desorbitas. ¿Piensas que Arcadio, Manero o Erauskin no tendrán sus propias ideas acerca de la formación religiosa y política que recibieron? ¿Que no tendrán sus propias ideas religiosas y políticas? ¿Que no tienen su juicio personal, crítico sobre la Guerra y la posguerra? Pero entienden que este blog no es el lugar apropiado para la crítica a la institución comillesa, porque –¿sabes?– es un blog de amigos, de amigos de la Schola, de amigos que compartieron un momento que fue importante en sus vidas, un momento en que sus vidas se organizaron en torno al canto. El resto aquí no cabe.
Pero pasemos a otras cosas. Si considero que tu sucinta narración de hechos sigue un orden lineal –abandono de la tienda, inicio en la trata de negros y matrimonio–, debo recordarte que don Antonio López se casó en Barcelona en noviembre de 1848, que regresó a Cuba en mayo de 1849 y que, probablemente, en marzo de 1850 y tras solicitar permiso “para establecer una línea de vapores entre Guantánamo y Santiago de Cuba”, pudo dedicarse a la trata de negros haciendo uso del vapor General Armero (Puedes leer todo esto, como casi todo, en Internet).
Acusas –ciertamente no eres el único– a don Antonio López de haberse dedicado a la trata de negros. ¿Con qué intención? ¿Empañar su memoria? ¿Para qué? Pongamos que así fuera. ¿Qué pasa? Acudo al Espasa, sintiendo en mis manos el libro, oliendo el papel ya algo envejecido (La edición que tengo es de hace treinta años). Sí es cierto que la trata de negros era una práctica ilegal, aunque extendida, que alimentaba la esclavitud. Pero esta ilegalidad no derivaba más que de un acuerdo bilateral entre Inglaterra y España. Inglaterra, más por intereses estratégicos y mercantiles que por filantropía, había firmado con varias naciones, tanto europeas (Portugal, España, Suecia, Dinamarca, Holanda, Austria, Prusia, etc.) y americanas (Venezuela, Chile, Perú, Bolivia, Ecuador y otras) como, posteriormente, africanas (Sierra Leona, Congo, Gabón y más), tratados particulares acordando la prohibición de la trata de negros y estableciendo el derecho de visita y la captura de navíos negreros, aunque no en las mismas condiciones con todos los países.
Pero una cosa es la trata de negros y otra la esclavitud. ¿Quieres algunos datos? Sigo con el Espasa. En 1841, en Cuba, había 571.129 libres (418.291 blancos y 152.838 de color) y 436.495 esclavos. Años más tarde, en 1862 la cifra ascendía a 990.688 libres (de ellos, 764.750 blancos, 221.417 de color y 5.521 emancipados) y 368.550 esclavos. En España, a pesar de reales cédulas que se van sucediendo otorgando la emancipación a los esclavos, no es hasta 1859 cuando, por Real orden de 18 de agosto, se niega validez al título de propiedad sobre un esclavo. Posteriormente, otra Real orden, ésta de 2 de agosto de 1861, declaró libre al esclavo que viniera con su dueño a España, libertad que se extiende en 1865 al esclavo fugitivo de Cuba que viniese a España.
II
ResponderEliminarPero pasemos a otras cosas. Si considero que tu sucinta narración de hechos sigue un orden lineal –abandono de la tienda, inicio en la trata de negros y matrimonio–, debo recordarte que don Antonio López se casó en Barcelona en noviembre de 1848, que regresó a Cuba en mayo de 1849 y que, probablemente, en marzo de 1850 y tras solicitar permiso “para establecer una línea de vapores entre Guantánamo y Santiago de Cuba”, pudo dedicarse a la trata de negros haciendo uso del vapor General Armero (Puedes leer todo esto, como casi todo, en Internet).
Acusas –ciertamente no eres el único– a don Antonio López de haberse dedicado a la trata de negros. ¿Con qué intención? ¿Empañar su memoria? ¿Para qué? Pongamos que así fuera. ¿Qué pasa? Acudo al Espasa, sintiendo en mis manos el libro, oliendo el papel ya algo envejecido (La edición que tengo es de hace treinta años). Sí es cierto que la trata de negros era una práctica ilegal, aunque extendida, que alimentaba la esclavitud. Pero esta ilegalidad no derivaba más que de un acuerdo bilateral entre Inglaterra y España. Inglaterra, más por intereses estratégicos y mercantiles que por filantropía, había firmado con varias naciones, tanto europeas (Portugal, España, Suecia, Dinamarca, Holanda, Austria, Prusia, etc.) y americanas (Venezuela, Chile, Perú, Bolivia, Ecuador y otras) como, posteriormente, africanas (Sierra Leona, Congo, Gabón y más), tratados particulares acordando la prohibición de la trata de negros y estableciendo el derecho de visita y la captura de navíos negreros, aunque no en las mismas condiciones con todos los países.
Ramón, Ramón del alma mía, que pareces pensar que lo que sea"legal" no puede ser inmoral.La venta de seres humanos cazados a lazo en Àfrica,separados de sus familias, vendidos como enseres los que eran como tú y como yo,hijos de Dios, es y seguirá siendo una acción inmoral y el que la perpetró no tenía moral.Yo le he concedido al primer Marqués el don del arrepentimiento. Te hablaron a ti de esto en nuestro Seminario?
ResponderEliminarJosé Manuel Ruiz Marcos
Seguro, Josema, que tienes hoy por muy ordenadas y dentro de la moralidad acciones que ayer tenías por vituperables. ¿Será cosa de los años?
ResponderEliminarPor lo de las enseñanzas comillesas, no puedo responderte, pero sí tengo claro que no es lo mismo legalidad que licitud.
Sea como sea, el comentario iba por partes. Sólo quedó la segunda. Vaya una más, si cabe aquí.
III
Pero una cosa es la trata de negros y otra la esclavitud. ¿Quieres algunos datos? Sigo con el Espasa. En 1841, en Cuba, había 571.129 libres (418.291 blancos y 152.838 de color) y 436.495 esclavos. Años más tarde, en 1862 la cifra ascendía a 990.688 libres (de ellos, 764.750 blancos, 221.417 de color y 5.521 emancipados) y 368.550 esclavos. En España, a pesar de reales cédulas que se van sucediendo otorgando la emancipación a los esclavos, no es hasta 1859 cuando, por Real orden de 18 de agosto, se niega validez al título de propiedad sobre un esclavo. Posteriormente, otra Real orden, ésta de 2 de agosto de 1861, declaró libre al esclavo que viniera con su dueño a España, libertad que se extiende en 1865 al esclavo fugitivo de Cuba que viniese a España.
Y vayamos ahora con la Iglesia. Ciertamente la Iglesia desde sus inicios ha trabajado a favor de la desaparición de la esclavitud. Efectivamente, encuentro, hojeando “El protestantismo comparado con el catolicismo” de Balmes, en la segunda edición (Barcelona, 1844) que poseo, referencias a la Epístola a Filemón, en que intercede Pablo por Enésimo, al concilio de Elvira de principios del siglo IV, al concilio de Orleáns de 549, al concilio de Epaona de 517, al de Mérida de 666, al de Toledo de 675, al de Verneuil de 844, al de Reims de 625, al de Londres de 1102, al de Coblenza de 922, al de Armach de 1171, al de Toledo de 655 y algunos más. Añade Balmes, en nota, una letra apostólica de Gregorio XVI de fecha 3 de noviembre de 1839. De este Papa es lo que sigue: “advertimos y amonestamos con la fuerza del Señor a todos los cristianos de cualquiera clase y condición que fuesen, y les prohibimos que ninguno sea osado en adelante a molestar injustamente a los indios, a los negros o a otros hombres, sean los que fueren, despojarlos de sus bienes o reducirlos a la esclavitud” y sigue más adelante: “prohibimos enteramente, y prevenimos a todos los eclesiásticos y legos el que se atrevan a sostener como cosa permitida el tráfico de negros, bajo ningún pretexto ni causa”. En definitiva, que “La iglesia católica supo dispensar a la humanidad el beneficio de la emancipación sin injusticias ni trastornos”.
IV
ResponderEliminarPor su lado León XIII, a quien aludes expresamente, en su encíclica “Libertas” de 20 de junio de 1888, se refiere a la acción de la iglesia en los términos que siguen: “También se ha manifestado siempre la grandísima fuerza de la Iglesia en guardar y defender la libertad civil y política de los pueblos. Y en esta materia no hay para qué enumerar los méritos de la Iglesia. Basta recordar, como trabajo y beneficio principalmente suyo, la abolición de la esclavitud, vergüenza antigua de todos los pueblos del gentilismo”. Cito, esta vez por (Este libro también huele a polvo, humedad., papel antiguo) la “Colección de encíclicas y otras cartas de los Papas…”, Madrid, 1935.
Dime ahora, mi querido Josema, en dónde está “el pasado tenebroso”, el horrendo crimen del marqués cuando allá por los años cincuenta comerciaba con negros, una práctica usual, aunque reprobable y prohibida por la Iglesia. Bien que no fuera el mejor cristiano. ¿Lo soy yo acaso? ¿Menguará en algo el trabajo del segundo marqués el hecho de que se dedicara el primero a la trata de negros? Y con respecto a León XIII ¿dejará de ser un Papa eminentemente social porque lances tú contra él esa velada acusación de que “no pareció haber tenido noticia de la primera fase del capital con el que fue construido nuestro Seminario”? Y ello supuesto que no sea todo una patraña urdida por su envidioso cuñado.
En definitiva y enlazando con tu último comentario, te digo que considero que es grave error de juicio valorar el hecho histórico desde perspectivas alejadas de él. Cada época precisa de una vara de medir, al menos mientras seamos hombres y, por ello, imperfectos y perfectibles.
Una última cosa. Por lo que respecta al buen humor que muestras en tus chanzas –Eso de Ramón Google es un gran hallazgo–, nada sino que lo conserves.
Ramón Cubillas
Me ha encantado este blog. Me alineo con los comentarios de José María sobre una de las principales actividades "comerciales" de Antonio López. Y, sí, creo que se puede juzgar el hecho histórico desde una perspectiva actual. Hoy y entonces, el tráfico de seres humanos, es una actividad "comercial" sólo llevada a cabo por personas sin escrúpulos. Esperanza Gallut
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